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Cuando esté llorando, sana mis heridas,
Cuando ría,  ríe conmigo,
Cuando me vaya,  ven a mi lado. 
Tú haces todo lo contrario,
Cuando lloro, haces más heridas,
Cuando río, ríes con otra persona,
Cuando me voy, te vas al lado del otro. 
No te importa un carajo

Por. MelAnElaMez
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Recomiendo leer otra vez el capítulo ☀💤 para que se den cuenta de los cambios que hay en esta nueva pesadilla. 

Hoseok caminaba por las calles frías a las,  aparentemente,  2 de la mañana

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Hoseok caminaba por las calles frías a las,  aparentemente,  2 de la mañana.
La suela de sus zapatos se desgarraba al ser arrastrada por el concreto. 

A pesar de lo tarde que era,  las personas inundaban el lugar,  lo empujaban y golpeaban al pasar a su lado.  Su vista se volvía nublosa,  intentaba abrir y cerrar sus ojos haber sí su ceguera desaparecía.  Otra vez estaba en ese lugar,  las mismas caras hacían las mismas expresiones.

Siempre era lo mismo. 

El chico que derramó por culpa de una señora su café en su impecable camisa blanca,  el niño que dejó caer su bola de helado de chocolate y comenzó a llorar.  La señora que se cayó al ser empujada y su tacón se rompió.  El señor apurado que llevaba un maletín marrón y tropezó con el helado del niño y por accidente empujó a la señora que cayó y rompió su calzado y al pararse golpeo el café de un chico. 

Siempre era lo mismo.

Su vista retornaba su enfoque.

Y otra vez lo veía.

Se llevaban a ese Jungkook,  entre las calles y nadie hacia nada.

Hoseok corría,  pero por más que desgastaba su energía en ir tras el. 

Nunca era suficiente. 

A Jungkook lo llevaban a un callejón y lo lanzaban contra una cortina vieja de alguna tienda abandonada,  varios señores con la mano en puño golpeaban su estómago y cara. 

Otra vez corría,  pero era tan imbécil que tropezó y llamó la atención de los otros.  Intentó pararse pero los señores lo agarraron mientas otros seguían con la labor de maltratar al dueño.

Las lágrimas salían,  y la impotencia de no poder hacer nada,  era peor. 

Los ojos de Jungkook se cerraban,  y sus gritos de agonía se apagaban pues ya no tenía conciencia suficiente,  con cuerdas inmovilizaban al chico y no tenía de otra que ver como las sábanas se volvían de un tono rojo.

Hoseok no podía hacer nada,  sólo veía como su chico caía. 

Otra vez.


Maratón 3/5

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Maratón 3/5.

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 El Dueño De La Luna 🌙 JunghopeOnde histórias criam vida. Descubra agora