❝C A P Í T U L O U N O❞

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La llegada de un desconocido, causa mucha curiosidad. Todos los humanos son curiosos y eso ha hecho que la humanidad vaya creciendo y evoluciónando de eso me he dado cuenta en todo este tiempo que los he observado de muy cerca... Por cierto soy Min Agust, y esta es mi historia contada por mí y por la autora. ¡Y NO ESTAS EN LUCIFERUM! Aún sigo preguntándome ¿Por qué la escritora decidió hacer la parte de mi hermano primero antes que la mia?... Qué más da bienvenidos sean todos al mundo de Satán.

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Él solo observaba desde lo alto de él edificio, no mostraba ninguna emoción en su rostro, sus grisaseos ojos estaban vacíos. En el callejón de aquel lugar solitario una mujer de unos veinticinco años era ultrajada por cinco hombres, ella suplicaba ayuda y piedad, pero era inútil una parte de ella sabía que era inútil, él seguía observando sin hacer nada, fumaba de aquel abano y el aire mesia con ímpetu. El ruido de un arma disparándose lo hizo ver con más claridad, ella ya estaba muerta. Esos hombres reían por lo que habían hecho, estaban ebrios y de seguro drogados. Chasqueo su boca con molestia, uno de ellos escuchó volteando a verlo, sus miradas conectaron y fue ahí donde entendió que ellos también lo asesinarian, que ilusos si tan solo supieran con quién se estaban metiendo, pensó el rubio algo molesto. Siguió fumando su abano viendo ahora la estrellada noche, las luces de la ciudad lo atraían a la locura, los ruidos de los automóviles resonaban por todos lados y voces humanas de igual manera. Esos tipos que habían matado a aquella inocente estaban ahora detrás de él, le apuntaban con un arma pero ni siquiera eso lo hizo voltear— Yo no haría eso si fuera ustedes. —dijo con gran tranquilidad, esos sujetos se rieron de él, el click del arma se escuchó.— Se los adverti. —lo único que se escucho después fueron gritos ensordecedores por toda la azotea. Él dejó de fumar su abano, tirándolo al suelo, ese mismo se mezcló con la sangre derramada, en su mano derecha sujetaba la cabeza de uno de esos delincuentes, habían muchos pedazos de cuerpos tirados por todo el lugar, no hubo necesidad de usar poderes solo tuvo que verlos para que así su mente los asesinara— Humanos... —alejandose del olor a sangre camino hasta estar alejado, viendo el paisaje nocturno. Sus cabellos se mecían por el aire a su alrededor— Estoy aburrido. —se dijo así mismo, ya no le causaba diversión la ciudad de Estados Unidos, quería hacer algo más, algo más atrevido, quería gritarle al mundo entero quien era él, pero después recordaba que no era nadie, incluso su nombre estába siendo olvidado, pero ni siquiera era suyo ahora, le pertenecía a su hermano menor.— Reverendo hijo de puta. —mordio su lengua aguantando las ganas de quemar toda la ciudad. Ese era él, Min Agust, un antiguo ángel, uno muy pero muy antiguo. Muchos no lo conocen otros sí, pero nadie en realidad conoce al verdadero Agust, aquel que en un arrebato de furia asesinó sin piedad a tres de los arcángeles más importantes del paraíso, aquel que se atrevió a levantar su voz ante su Dios, que lo desafío a una pelea que casi ganaba sino hubiese sido por su hermano, su amado hermano menor. Su otra mitad, su gemelo, su hermano pequeño a quien tanto adoraba, Min Yoongi, aquel ángel que era conocido como Luzbell lo había detenido con unas simples palabras “Basta por favor”. Y esa fue la única vez que Min Agust mostró bondad ante alguien. Aún en la estrellada noche él solo observaba la oscuridad, sentado a la orilla de la azotea divagando en sus pensamientos recordando cosas que ya no importaban— Hoy es mi cumpleaños —le susurró al viento, sabiendo que este le escuchaba. Cerro aquellos ojos hipnotizantes recordando la primera vez que piso la Tierra.

En ella solo había oscuridad, su Dios lo desterró por toda la eternidad. Lo último que vio fue el destello de su aureola ser desprendida de él, aquellas blancas alas se volvieron negras con toques grises que eran más livianas que antes. Él y su hermano menor eran demasiado similares en su aspecto, sus cabellos no cambiaron en nada siguieron siendo rubios, un rubio con toques blanquesinos en él. Su piel se volvió pálida sin vida. Esos ojos azules que poseía se volvieron grises, tal como una tarde lluviosa no mostraban nada en ellos. Se aferró a lo único que tenía, su alma sucia como le habían dicho, él nunca conoció piedad y no fue su culpa, era un ángel que mataba si era necesario. Estuvo en la oscuridad por muchos meses hasta que Dios le dio vida a la Tierra sin saber que está ya poseía vida, pero eso ustedes ya lo saben.

I'M SATAN © |YoonMin| #2.Where stories live. Discover now