❝C A P Í T U L O V E I N T E❞

14K 2K 1.2K
                                    

J I M I N






La primera vez que leí algo sobre el mundo mítico tenía siete años, la primera vez que me atreví a buscar historias de terror tenía ocho años. La primera vez que estuve de acuerdo con que el mundo era un asco tenía nueve años, la primera vez que vi un espectro maligno tenía diez años, la primera vez que visite un cementerio no precisamente a eso, si no a robar una calavera tenía once años.

La primera vez que supe que me gustaban los demonios tenía doce años, la primera vez que sentí atracción física fue a los trece años cuando vi una pintura que representaba a Satán. La primera vez que sentí que mi cuerpo estaba muy débil tenía catorce años, la primera vez que fui al hospital por una hemorragia tenía quince años, la primera vez que dude de Dios tenía dieciséis años, por darme esta enfermedad, la primera vez que viaje solo a un lugar diferente en busca de mis sueños tenía diecisiete años y visite Transilvania. La primera vez que sentí lo que era estar enamorado tenía diesciocho años... La primera vez que le dije Te Amo estaba en mi último día de vida.

††††


Pov. JiMin.

¿Por qué le dije eso?
No quería llorar pero ahí estaba yo como tonto llorando bajo la lluvia, Agust no me había dicho nada, sabía la razón. El me la había dicho muchas veces, me lo había advertido pero nunca hice caso. El dijo que el amor no existe, entonces, ¿Que es lo que yo siento?, ¿Por qué mi ser reaccióna de esta manera cada vez que está a mi lado?. Apreté muy fuerte mi peluche de pato.— No debí decirlo. —Dije con voz quebrada, de verdad me dolía no sentir su empatía en esta clase de cosas, pero yo estaba muriendo y no sabía cuándo dejaría de existir, solo quería hacerselo saber.

—Tienes razón, no debiste decirlo JiMin. —Esas palabras se clavaron como dagas a mi pecho.— Pero está bien que lo hayas hecho. —¿Que se supone que significa eso?.— Pero, no sé qué quieres que yo diga. —Un simple yo también te amo, era lo único que quería escuchar. Se que lo haces pero quiero escucharlo, me lo has dicho de maneras diferentes, suenan hermosas pero no quiero esas analogías tuyas, quiero la palabra que es. Quiero que me la digas, que la sientas.

—No quiero que digas nada. —Tuve que mentir, creo que Agust sabía que lo hacía por como gruño.

—JiMin.

—¡E-Eh, la lluvia cesó, podemos irnos!. —reí nervioso, ocultando mi dolor detrás de una sonrisa.

—JiMin. —Deja de llamarme por mi nombre, solo haces que mi ilusión crezca más.

—¡Mira Hyung, habrá juegos pirotécnicos! —señale con entusiasmo.— ¿Podemos verlos?. —Sonreí como siempre apartandome de su lado.

—JiMin. —estaba ignorando lo que me intentaba decir.

—Si no quieres ver los juegos pirotécnicos podemos ir a casa. —Agust tenía una expresión seria, apretaba muy fuerte sus manos.

—JiMin no puedo. —Dijo para después alejarse de mi lado, caminando a la salida. No reaccione a tiempo, sujete más fuerte el peluche en mis manos.

—¡Agust!. —y corrí con todas las fuerzas que me quedaban. Estaba haciendo un gran esfuerzo por estar de pie, aún cuando sentía que mi cuerpo se quemaba horriblemente.— ¡Agust espera!. —Mi rubio solo estaba parado en la puerta de su automóvil golpeándolo con brusquedad mientras decía palabras obsenas.— Hyung...

—¡Maldito, Maldito anciano de mierda!. ¡¿Por qué me haces esto?!. —no entendía que lo tenía tan furioso, ¿Mi confesión? ¿Mi presencia? ¿O mi insistencia?.— ¡Yo no quería, no quería nada de esto! —no se dio cuenta que estaba detrás de él escuchando todo.— ¡No soy como mi hermano, él es el bueno, yo no!. —me sentía mal, mi Hyung tenía tanto dolor y odio acumulado. La brisa de la lluvia mesia por mi cuerpo, mandando corrientes de escalofríos.— ¡Yo solo quería verlo, no quería esto!. —sabia que hablaba de mi, me dolía escucharlo.— No quiero... No quiero por favor. —imploraba mientras veía al cielo, como si estuviese hablando con alguien.— Te lo suplicó, no me lo quites. —el se volteó, tenía una marca oscura en su ojo izquierdo.— Vete JiMin, te haré daño, aléjate.

I'M SATAN © |YoonMin| #2.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant