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La habitación era un desastre de gemidos, la ropa estaba tirada por el suelo y el cabecero de la cama chocaba contra la pared debido a las fuertes embestidas que el rapero proporcionaba al peliazul.
Solo bastaron unas pocas más para que ambos acabasen viniéndose gritando de placer para luego frenar poco a poco todos los movimientos sintiendo sus cuerpos cubiertos por una fina capa de sudor y azotados por fuertes espasmos de placer.
El pelinegro se dejó caer al lado de Jimin boca abajo respirando entrecortadamente de lo más agotado, pero a la vez sintiéndose en el paraíso ya que por fin había vuelto a sentir las uñas del menor clavándose en su espalda y su cuerpo retorciéndose siendo incapaz de aguantar los espasmos, por no hablar de los melodiosos gemidos.
Ya solo se escuchaban las respiraciones de ambos chicos, todo parecía haberse quedado bastante tranquilo, y ninguno de ellos era capaz de hablar.
Esa paz duró poco, pues a los pocos segundos, el móvil de Jimin comenzó a sonar desde el bolsillo de su pantalón, el cual estaba en el suelo.
Supo sin ni siquiera mirarlo que era Jungkook, así que suspiró y pasó una mano por su pelo mientras miraba al techo ya con el aliento un poco más recuperado.
Yoongi, le miró todavía boca abajo también mucho más calmado, sabía perfectamente quien llamaba, y no me hacía gracia.

-¿No vas a contestar...?

Al escuchar esa pregunta, Jimin giró su cabeza para poder mirar al contrario sintiendo como su estómago daba un vuelco ante tal penetrante mirada.

-No...

-Sabes perfectamente quién llama...

-Y precisamente por eso no lo cojo...

-Te sientes avergonzado... No quieres ni mirarle ni escucharle...

Como era de esperar, el mayor dio en el clavo haciendo que el cantante suspirase y volviese a mirar al techo.

-Debería irme...

-¿Así sin más...?

De nuevo, ambas miradas volvieron a encontrarse.

-¿Y qué quieres que haga? Nos hemos acostado, pero no ha significado nada...

Probablemente esa fuera la mentira más grande que Jimin dijo, pues para él, había sido mucho más, y obviamente no logró engañar al de ojos felinos, el cual no pudo evitar soltar una risa sarcástica.

-Por supuesto, Jimin... Nada más... También dijiste que no había nada entre nosotros y has gritado mi nombre como si fuese el único en este mundo...

-Yoongi... Olvídalo... Estoy con Jungkook, no contigo.... Después de la colaboración no habrá nada más que nos una...

Sin decir más, el peliazul se levantó de la cama y comenzó a vestirse, pero cuando fue a ponerse su camiseta; la última prenda que le quedaba, esta, se enganchó con la de Yoongi mediante un hilo rojo.
Jimin arrancó el hilo, se puso la camiseta y salió de la habitación sin mirar al rapero, pues no podía, estaba avergonzado y a la vez frustrado.
En cuanto el rapero escuchó la puerta de la entrada abrirse y volviendo a cerrarse a los pocos minutos, suspiro para después pasar una mano por su pelo.
No podía negar que le dolía recordar las últimas palabras que le dijo Jimin, pero no era el único, pues al menor también le dolía haberlo dicho aunque no fuese a admitirlo, sus lágrimas mientras caminaba con la cabeza baja, lo demostraban a la perfección.

Ambos estaban en un  constante sube y baja, en una guerra sin sentido, no sabían cómo acabaría o quien la terminaría...

Sex Contract 2 • YoonminWhere stories live. Discover now