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Atacados por la risa y empapados, llegaron a casa de Jimin. Ninguno de los dos había corrido antes bajo la lluvia, y había sido toda una aventura.
Ambos dejaron los abrigos al lado del radiador para que se secasen lo antes posible, y entonces, el pequeño Haru fue a recibir a su dueño mientras maullaba algo extrañado de ver a Yoongi ahí.
El peliazul no dudó en coger a su pequeña bolita de pelo comenzando a dejar suaves caricias sobre su pelaje y besos en esa pequeña cabecita.
El gatito relamía sus bigotes y cerraba los ojos sin dejar de ronronear complacido por los mimos que recibía de Jimin.
Por su parte, el rapero les miró con curiosidad y al darse cuenta de ello, Jimin dejó al gatito en sus brazos.

-Él es Haru... Haru, él es Yoongi... Ambos sois gatitos, así que os llevaréis bien...

Ante ese comentario, el pelinegro rió observando los enormes ojos del gatito.

-Encantado...

Haru solo maulló y comenzó a restregar su mejilla contra la mano de Yoongi, lo cual provocó que Jimin riese tiernamente.

-Os dejo para que os conozcáis un poco mejor... Yo voy a cambiarme de ropa y a dejarte a ti también alguna prenda.

-No tenemos la misma talla.

-A veces uso ropa dos tallas más grande.

El cantante le guiñó un ojo al contrario mientras sonreía y luego fue hacia la habitación para buscar ropa, sigilosamente, Yoongi dejó al pequeño gatito en el sofá y siguió los pasos de Jimin hasta la habitación.
Por suerte, la puerta estaba entreabierta, y pudo ver al menor de espaldas quitándose la mojada camiseta dejando su perfecto cuerpo desnudo de cintura para arriba.
El de ojos felinos no sabía si hacía lo correcto, pero se adentró en la habitación sin hacer ruido, se acercó al contrario dejando sus frías manos sobre las caderas del peliazul provocando que la piel de este se erizase y diese un leve respingo.
Se giró un poco algo tímido, y al ver a Yoongi, sus mejillas se pusieron completamente rojas a la par que sentía su corazón a punto de estallar.
El pelinegro acarició sus caderas con suavidad y sin decir nada, se acercó a esos carnosos y rosados labios que tanto amaba, volvió a besarlos con lentitud disfrutando de la suavidad que poseían.
El menor no dudó en corresponder a pesar de que no habían hablado de en qué punto estaban, pero no le importó, simplemente se giró del todo dejando las manos sobre la empapada sudadera del contrario y comenzó a quitarla lentamente junto a su camiseta.
Ambos se separaron unos milímetros, y una vez que el mayor también quedó desnudo de cintura para arriba, volvieron a unirse en otro suave beso a la par que Jimin recorría con sus pequeños dedos el pecho de su amado gato Calicó pegándose todo lo posible a su cuerpo.

De nuevo, el universo volvía a tirar de ambos hilos rojos impidiendo que se separasen, y ellos no opondrían ningún tipo de resistencia, pues por fin comprendieron que estaban mucho mejor juntos que separados, y su conversación podía esperar, en ese momento tan solo necesitaban volver a sentirse unidos como en aquel entonces, y no perderían ni un solo segundo.

Sex Contract 2 • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora