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—ricky.

Tiene piel pálida con grandes ojeras que marcan cansancio, ojos café oscuro y cabello negro largo recogido en una coleta alta que le hacía lucir como una chica.

—No debiste. —murmuró señalando sus labios.

Reí desde mis adentros, era un chico tímido pero a la vez muy encantador.

La puerta se abrió dejando ver a Vinny y Ryan, quienes se acercaron rápidamente hacia mí abrazándome.

Solté un quejido. —Cuidado.

Vinny me miró. —¿Estás bien? Joder, el idiota de Balz no me explicó bien la situación.

Sonreí.

A lo lejos el chico tenía las mejillas rojas y se levantó, sacando una bolsa de una sustancia nueva, acercándose a ambos para poder cambiarlas.

—Hey cariño, ¿Cuándo podré salir? —pregunté acariciando su mano con una suave sonrisa.

Él suspiró tomando una libreta que había a mis pies. —Si sigues así…probablemente. —miró a Ryan con temor. —en una semana talvéz menos.

Ryan lo miraba con el ceño algo fruncido, tenía la mano sobre la palma de mi mano de derecha.

—Podemos salir un día, me la debes por ser un enfermero tan lindo. —solté de repente.

Él me miró algo asombrado y puso un pequeño papel sobre mis piernas. —Si quieres. —se soltó el cabello dejándolo caer sobre su rostro y salió.

Ryan lanzó el papel al suelo sin arrugarlo y me miró con algo de rabia y frustación.

Ryan y yo nunca hemos sido nada, me tiene demasiado afecto, ¿Le gusto? Pues si, es muy obvio.

—¿Qué pretendes con tantos coqueteos hacia el paliducho eso? —preguntó enojado.

Levanté un hombro.

—Ryan cálmate, debes dejar a Ricky que haga su vida con quien era. —dijo Vinny

Vinny estaba seriamente enamorado de Ryan, aunque él aún no le daba mucha bola.

—¡Esque no! —gritó Ryan. —¡No dejaré que un paliducho de mierda que solo pone aguj…

El chico entró observando la escena —obviamente lo había escuchado— y simplemente entró con una chica detrás y ahora, con la cabeza baja.

—Solo son para unos exámenes. —murmuró.

La chica de forma brusca me pinchó el brazo, y con dos tubos de sangre se fue. Andrik nos miró a los tres y salió rápidamente con sus ojos llenos de lágrimas.

—andrik.

¿Enserio pensaba eso de mí?

Caminé por el largo pasillo hasta entrar a los baños, me encerré en el último cubículo que era para los trabajadores y rompí en llanto cubriendo mi rostro.

Justo como papá decía.

Ellos pensarán lo mismo que yo pienso de tí.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Where stories live. Discover now