❛0023.❜

23 9 3
                                    

—devin.

La noche no es del todo fácil para Andrik, los gritos llegan a escucharse en cada rincón de la casa y soy el idiota que no quiso intentarlo. Solamente sería por su propio bien, no quiero que termine mal, no puedo permitir que mi niño termine mal.

—An, vámonos a dormir ya. —murmuré con cansancio acercándome a él.

Andrik estaba de espaldas frente a un gran espejo que tenía en su habitación, hablando solo y pegándose fuerte con ese estúpido látigo negro que me daba terror.

—Necesito dejarte, sal de aquí, por favor, necesito dejarte, tú ya me dejaste, ¿Porqué yo no puedo? —murmuró levantando sus manos y descargando otro golpe que hizo que su espalda sangrara hasta que las gotas tocaran el suelo.

Le arrebaté el látigo, rápidamente se levantó y me miró con cinismo. —Devin Sola, dámelo. —dijo alterado.

Tenía sus mejillas con arañazos, al igual que su torso y sus ojos estaban bien abiertos.

—Te estás haciendo daño, ¿Qué pretendes hacer? Esto ya no es sobre Ricky! Esto es sobre tí! —grité contra él empujándolo suavemente.

Rompió en llanto y cayó sentando en el suelo, cubriéndose con su propia playera. —¿Cómo estás tan seguro de eso si llevas alejado de mí dos malditos años?

Guardé silencio y lancé su mierda a sus pies. —Jódete. —dije sin importancia y salí de su habitación cerrando la puerta detrás mio.

—Te estoy perdiendo, y ya no hay nada que yo pueda hacer. —hablé para mi mismo y me fuí de su habitación.

—ricky.

Nuevamente acaricié su espalda de arriba hacia abajo, intentando calmarla. —Jai, ya basta, enserio.

Ella me miró. —Me siento mal, ¿Bien? Él se enojó conmigo, lo entiendo pero lo extraño. ¿No viste su rostro cuando salió del cubículo?

—No, no lo vi. —mentí.

Claro que lo había visto, sus ojos se habían apagado y rápidamente se llenaron de lágrimas que no tardaron en bajar, se recostó a Chris y luego de unos veinte minutos en shock comenzó a golpearle la espalda a Chris mientras lloraba como un niño pequeño.

—Le estamos haciendo daño. —murmuré. —Es nuestra culpa que esté así, no debí jugar así con él.

Ella asintió sollozando. —¿Crees que si intento hablar con él…? —preguntó.

Presioné el cigarrilo contra la pared hasta que se apagara y suspiré arto de todo esto. —Joder, Andrik es un jodido depresivo y le estamos haciendo daño.

—YA SE QUE ESTÁ MAL. —gritó y se cubrió el rostro.

Claro que está mal, es mi culpa.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang