❛0012.❜

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—andrik.

Puse mis manos a cada lado del volante, apreciando las botellas vacías de alcohol en la parte trasera del auto mientras que mis lágrimas caían por mi rostro como un ácido, quemando mis mejillas.

Odio amarte.
¿Cómo pude depender de tí de una forma tan rápida y estúpida?
Probablemente el amor a primera vista si exista.
Pero odio, ODIO tener que derramar lágrimas por tí.

Estaba ahogándome en un mar de vodka, lágrimas y depresión, que me iba consumiendo como si fuera cualquier cosa.

—Eres lo peor que he tenido. —aceleré el auto, conduciendo a gran velocidad.

Mi móvil sonaba, lo escuchaba lejos de mi alcance aunque en realidad estaba a mi lado.

La sangre bajaba de mis muñecas, mientras que temblor en ellas causaba más dificultad para poder tomar la palanca de cambios, también la sangre estaba en mi espalda haciendo que mi playera quedara pegada a mi cuerpo.

Necesito que estés tocando cada centímetro de mi piel.
Sentir que me consumes como un cigarrilo.
Joder.

Una luz cegó mis ojos, haciéndome frenar de golpe sintiendo como un auto me golpeaba de lado y mi cabeza daba vueltas. Deseando que algo cortara alguna arteria o alguna zona donde pudiera perder sangre y finalmente morir.

Di un golpe al volante aún llorando. —No funcionó, no funcionó, no funcionó. —dije entre sollozos.

Varias personas de acercaron a la escena, mientras mi llanto seguía ahogándome. Juro que estoy bien, solamente deseo morir.

—¡Ya viene la ambulancia! —gritó una chica.

(…)

—¿No podemos ir a otro hospital? —pregunté al paramédico.

El rubio me miró y luego miró una tarjeta grande. —El próximo está a media hora y esas heridas en sus muñecas y espalda deben ser sanadas inmediatamente.

Grité cubriendo mi rostro, sintiendo un ardor mezclado con dolor que se acumulaba en mi pecho.

—ricky.

Atendí el móvil rápidamente pues en la pantalla decía "Jai." y no podía rechazarle una llamada a esa hermosa chica.

—Hola nena. —saludé.

Su respiración agitada se escuchaba perfectamente del otro lado de la línea. —¡Tuvo un accidente, debes venir rápido al hospital!

Me levanté rápidamente del sofá tomando mi suéter junto con las llaves del auto. —¿Que?

—¡Andrik! Intentó suicidarse otra vez, ya van cinco veces en el año. —su voz se quebró y finalmente rompió en llanto.

(…)

Estaba acostado en la camilla con unas suturas en su mejilla izquierda, su cabello sobre su rostro y sus brazos vendados hasta los codos.

—¡An! Que dicha estás bien. —dije entrando rápidamente intentando tomarle la mano.

Me miró con el ceño fruncido. —Vete.

—¿Qué? —murmuré.

—¡VETE, ENTENDÍ QUE NO SOY YO A QUIEN AMAS SINÓ A LA MALDITA DE MI MEJOR AMIGA AHORA LÁRGATE! —gritó con mucha fuerza.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon