❛0033.❜ Semifinal.

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—ricky.

Devin nos había pedido que fuéramos todos —Jaime y yo.— pues esa despedida era para todos, todos estábamos involucrados y claramente nos iba a doler por suerte, no era un funeral y eso me daba esperanzas de volver a verlo en algún futuro, pero no sería pronto.
Mis manos estaban temblando al igual que mis rodillas, tenía miedo de perderlo ahí adentro porque lo acepto lo amo pero nunca me fijé y yo, estoy con Jaime.

—Me alegra que vinieran. —musitó Devin con la cabeza baja con la mirada sumamente angustiada, era la primera vez que lo veía sin maquillaje por completo.

Di un suspiro y asentí. —No es nada.

Jaime estaba con las lágrimas apunto de salir, Andrik aún no llegaba pero pronto lo haría y sería finalmente el fin de absolutamente todo, todo este trayecto que me involucró desde la vez que llegué casi muriendo a la sala de emergencias.

—andrik.

Nadie puede ser amado.

Ni siquiera tú.

Mira como has llegado.

ESTÁS MEJOR MUERTO.

¡NI PARA ESO SIRVES!

Todo y nada a la vez, escuchando esas malditas voces que era la primera vez que eran tan intesas que me causaban temor, mis ojos estaban cerrados y mis manos al rededor de mis piernas temblando completamente, el auto se movía rápidamente y cada vez estábamos más cerca.

—Me van a olvidar. —murmuré con lágrimas a punto de salir.

El enfermo negó, en este caso, Chris. —No jodas, pronto estarás fuera.

Dos portones altos y negros abiertos de par en par con un edificio sumamente enorme de color blanco y gris que estaba al fondo, personas con un vestuario azul caminando con enfermeros al lado, algunos con la mirada perdida, otros con cara de cínicos pero todos estaban perdidos.
El auto se estacionó justo en la entrada del hospital, abrí bien los ojos sintiendo un gran temor que se había apoderado de mí y ahora estaba recorriendo cada parte de mi cuerpo.

—Vamos, baja. —dijo Christopher amablemente extendiendo su mano.

Tomé su mano y costosamente bajé de el, negando rápidamente retrocediendo. —No voy a entrar.

Volteé a ver, a un lado estabas Devin, Ricky y Jaime, me miraban con una pequeña sonrisa a excepción de Devin que tenía una mirada apagada y de angustia.

Me safé del agarre de Chris y corrí hacia él, abrazándolo con fuerza. —Diles que no me lleven, por favor! Yo no quiero ir, Devin. —estallé en llanto.

Sus manos me apartaron y me miró. —Lo lamento, esta vez no haré nada para salvarte.

Negué dirigiéndome a Ricky, abrazándolo por igual pero con más suavidad. —Prometes venir a verme. —murmuré.

Él asintió. —Claro que si, aquí me tendrás pero debes ponerte bien, ¿Si?

Chis se acercó y me tomó del brazo. —Es momento, debemos entrar.

Grité sintiéndome mi garganta arder con fuerza, tomé la cintura de Ricky y me aferré a él. —YO NO QUIERO IRME, DÉJENME AQUÍ CON ÉL!

Ricky desvió la mirada intentando soltarme de él, sus ojos azules estaban empañados por las lágrimas, lo tomé del mentón y lo besé con fuerza.

—Por favor no! —grité tomándole la mano.

Dos enfermeros del hospital salieron, uno de ellos me inyectó un tranquilizante en el brazo haciéndome caer en él de forma idiota.

—Aquí estaré esperándote. —murmuró y me besó nuevamente.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Where stories live. Discover now