❛0025.❜

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—ricky.

—Te vez genial. —comentó Vinny detrás mío y soltó una carcajada.

Reí mirándolo a travéz del espejo. —Tú también, no todos los días se ve a Vinny Mauro en traje.

Él rodó los ojos aguantando la risa y me dió un suave empujón, finalmente era el día de la boda con Jaime, ella estaría aquí en pocos minutos.

Ryan entró y me miró de mala gana. —Ya es hora, y…¿Enserio le enviaste invitación a Andrik?

Soy un hijo de puta. Yo no había hecho eso.

—No hice…uhg, Jaime. —di un suspiro sonando irritado mientras terminaba de acomodar mi cabello hacia el lado.

Jaime seguía dolida por la distancia que Andrik había tomado hacia ella y hacia nosotros, ella seguía sin entender que teníamos la culpa. Aunque por más, la culpa era mía.

La puerta se abrió, volteé a ver por el espejo y vi a Andrik, llevaba una playera negra junto a unos pantalones rasgados morados más unas botas negras gastadas.

—Lo conseguiste. —murmuró.

Negué. —Lamento eso, fue Jaime.

Él rió bajito y puso la invitación sobre la mesa. —Le gusta verme llorar. —murmuró en un tono casi inaudible.

Me acerqué a él lentamente, lo tomé del mentón y lo besé con fuerza. Observando como sus ojos no se cerraban, me miraban con suma atención.

—Juegas con mi estabilidad mental como si fueras un gato con su bola de estambre. —dijo seriamente y bajó la mirada.

Odiaba cuando se ponía a hablar cosas así, me hacía sentír más culpable de lo que ya era.

Acaricié su mejilla. —No sigas, ya habíamos hablado de ello.

Él se soltó de mi agarre y salió de la pequeña habitación.

(…)

—andrik.

Apagué el quinto cigarrillo de los minutos que llevaban esos ahí adentro, escuchando al sacerdote hablar. Me puse de pie y entré por el pasillo, con el humo del cigarrillo saliendo de mis labios.

—Andrik, vete. —dijo firme y con seriedad.

Negué. —Por favor, no lo hagas. —murmuré.

—ricky.

No sabía que hacer, Andrik estaba matándome lentamente con cada pequeña acción o palabras que decía. Sus lágrimas caían por sus mejillas y sin saber que hacer sentí algo de furia.

—Lárgate, déjame ser feliz! ¡¿No entiendes que no quiero nada contigo?! Que yo solamente te usé, y no te necesito. —grité con algo de rabia y las manos tiemblando.

Sus ojos se iluminaron por las luces de la iglesia y lentamente retrocedió hasta salir del lugar.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Where stories live. Discover now