❛0013.❜

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—semanas después.
—ricky.

—Renunció. —murmuró Jai acercándose a mí con el rostro cabizbajo y las manos en sus bolsillos.

Abrí bien los ojos y la abracé. —¿Qué?

Ella asintió. —A pesar de su rareza, es mi mejor amigo y lo quiero. Pero me preocupa su estado mental, si deja de trabajar.

Ambos salimos del largo pasillo, ella ya tenía que ir a casa pues su turno ya había terminado y ahora estaba en vacaciones de quince días.

¿Estado de mental?

—¿Estado mental? —pregunté.

Asintió sin darle importancia. —Me da miedo que pueda volverse loco, si ya su depresión es incurable, ahora si pierde la cordura que le queda, terminará en un psiquiátrico.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda ante las palabras de Jaime, me dolería mucho que ese chico lindo fuera a ser un loco.

—andrik.

Necesito dejar de llorar, salir de aquí sin sentirme que estoy perdido o que estoy apunto de morir aunque eso es lo que quiero. No puedo seguir así. Que él salga de mi mente y poder seguir como antes, es lo que pido.

(…)

El timbre resonó en cada rincón de la casa, sacándome de mis propios pensamientos en los que me encontraba yacía más de una hora.

Abrí la puerta y grité con fuerza sintiendo mi garganta arder, rompí en llanto llevando mis manos a mi boca. —D~dev. —murmuré.

Él sonrió y abrió los brazos.

Corrí a abrazarlo, sintiendo como su calor se adueñaba de mi de una forma rápida.

—flashback.
—devin.

El bar tenía todas las luces encendidas y estaba en su mejor momento, aunque tenía que irme pues iba a llegar muy tarde a casa y no me agradaba la idea.
Estaba en frente del bar, llegaría un auto por mí en media hora y así podría llegar a casa a tiempo.

—Hey, cuidado. —advertí a un chico que iba cruzando la calle sumamente ebrio.

El chico me miró con el rostro iluminado, corrió y cayó en mi pecho abrazándome y soltando algunas lágrimas mientras apretaba mi playera con sus puños.

—¿Qué sucede? —pregunté algo asustado.

Sus ojos oscuros se clavaron en los míos y su mano fue a mi mejilla, sonrió un poco mostrando sus muñecas que estaban destrozadas y brotando sangre.

—Ayúdame. —murmuró con un hilo de voz.

Sentí mi pecho arder, mientras me sentaba en el suelo con él entre mis piernas.

—fin del flashback.

Nos habíamos conocido en un bar, había llegado de metiche a pedirle ayuda.

—He vuelto. —murmuró.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Where stories live. Discover now