❛0008.❜

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—andrik.

¿Qué es lo que está mal contigo? —preguntó una de las enfermeras, mientras limpiaba las heridas de mi muñeca derecha.

Negué. —¿Es necesario responder a eso? —dije desganado.

La chica pelirroja suspiró y acarició mi mejilla dándome una sonrisa lastimera. —Llegó un enfermero nuevo, talvéz te sea bueno conocer a alguien.

No, no quiero conocer a nadie.

Quiero a ese desconocido, que algún día fue mi paciente. Me enamoré de él, lo quiero, pero, me estoy metiendo en un problema solamente por eso.

—¿Cómo se llama? —pregunté mientras observaba como alistaba unos puntos para suturar una de mis heridas.

El dolor ya lo podía tolerar, muchos años viviendo en el ha hecho que ahora sea parte de mí y que en veces llegue a extrañarlo.

—¡Christopher! —llamó la chica con una sonrisa.

Inmediatamente un chico alto de cabello oscuro y con tatuajes se acercó, ¿Enserio es enfermero? Parece sacado de la morgue.

—L~lil…lila…—dije con sumo nerviosismo.

Él señaló mi brazo. —Me encargaré, hay una chica que llegó muy mal y es mejor que alguien con más tiempo trabajando aquí se encargue.

La morena asintió y se fue caminando, dejando que el sonido de sus zapatos desapareciera a los minutos de haberse ido.

—Puedes llamarme Chris. —soltó de la nada, algo entusiasmado. —¿Porqué lo haces? Puedes confiar en mí, podemos ser amigos. —me miró con una sonrisa amigable.

Correspondí la sonrisa inconscientemente. —Soy Andrik, llevo trabajando aquí cuatro años. —asentí. —Podemos ser amigos.

¿Dolía? No realmente, los latigazos que me doy en la espalda me causan más dolor que estár fingiendo una sonrisa, diciéndoles a todos que estoy bien cuando solo quiero estár en casa llorando y dejándome morir.

—ricky.

Lo miré con desprecio mientras buscaba mi suéter, como si pudiera matarlo con la mirada o como si lo hiciera sufrir.

—No puedes tener control sobre mí. —dije dándole una patada fuerte al sofá.

Él me miró y rápidamente estalló en una gran y burlista carcajada. —Claro que puedo, yo tengo el poder sobre tí, mi baby boy.

Levanté mi dedo del medio y rápidamente salí de la casa, subí el auto y arranqué a gran velocidad solo para ir al hospital a hablar con andrik. Tenía que decirle que nada era cierto, que yo estaba bien.

Marqué su número, esperando escuchar su voz.

—No es buena idea que llames. —dijo con un tono de voz triste.

Mi pulso se aceleró. —Lo que dijo Ryan no es real, solo vivo con él pero no tenemos nada, por favor créeme.

—Nosé mucho sobre tí, estamos mal.

Suspiré. —Podemos conocernos más.

Él rompió en llanto. —Llevo mucho tiempo perdido, no creo poder encontrar el camino. —dijo esto y cortó la llamada.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Where stories live. Discover now