❛0016.❜

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—devin.

Lentamente abrió los ojos, observando hacia varios lados mientras el monitor iba más rápido y sus manos apretaban las sábanas con fuerza.
Me asomé por la cortina, miraba hacia todos lados excepto a mí, abrió la boca y dejó escapar un grito que me apuñaló justo en el pecho. Era un grito con mucho dolor, no soltaba lágrimas, solo grito tras grito, patadas a la camilla y sus brazos inmóviles.

—Andrik, cálmate. —dije entrando al cubículo, tomando su mentón suavemente.

—¡¿Porqué me trajiste aquí?! —gritó. —¡¿Qué te cuesta dejarme morir?! —preguntó nuevamente.

Dos enfermeras entraron, había un chico de cabello negro y ojos azules afuera, observando a Andrik.
Las enfermeras inmovilizaron sus piernas con unas fajas, al igual que sus brazos aunque no los estaba moviendo de forma brusca.

—¿Está bien? —preguntó el chico que lentamente iba entrando más y más.

La enfermera levantó los hombros. —Si sigue con ese comportamiento irá a psiquiatría.

Entré donde An, junto a ese otro chico que al ver a Andrik este gritó fuerte, peor que el primero.

—¿Qué haces aquí? ¡¿No te das cuenta de que yo te amo?! —preguntó con lágrimas que iban cayendo por sus mejillas. —¡DIME ALGO RICKY! —gritó nuevamente.

—ricky.

—Yo solo venía a ver como estabas. —murmuré.

Él rió. —Pues ahora me ves! ¡AHORA VETE! —gritó.

Intenté acercarme pero otro chico se puso en frente de él, presionando su dedo contra mi pecho.

—Tú eres el imbécil que lo llevó a esto. —dijo con una expresión seria.

Abrí mi boca queriendo decir algo pero me quedé simplemente con la boca abierta y retrocedí.

Me asomé por un lado del tipo, andrik estaba mirando hacia el techo con sus manos atadas, me miró con los ojos llenos de lágrimas y me lanzó un beso.

Retrocedí y finalmente salí del cubículo, Jaime estaba libre así que ahora no tenía motivos para quedar ahí, estando ahí por un chico que simplemente estaba entrando en la locura.

—andrik.

El monitor nuevamente estaba normal, ¿Qué me había sucedido? Había perdido los estragos por unos minutos, me sentí como si no tuviera la esencia que me hace ser yo mismo a dentro.

—¿Estaré volviéndome loco? —pregunté.

Devin negó y se acercó a abrazarme. —No cariño, estás alterado, es todo.

Asentí y lo abracé.

Aspiré fuerte su olor, volteé a verlo, y lentamente me acerqué a él. —¿Puedo? —pregunté.

Él sonrió. —Lo que sea por mí pequeño.

Me besó con fuerza, sintiendo como ese calor se adueñaba dentro de mi pecho.

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Onde histórias criam vida. Descubra agora