❛0022.❜

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—2 días después.
—ricky.

Su cabello caía por sus hombros, se le veía cansado y daba mucho que decir pero no sabía porque estaba ahí si el mismo había renunciado.

—Amor, ¿Qué hace Andrik aquí? —pregunté en un tono bajo con algo de disgusto.

Ella levantó los hombros mientras acomodaba algunos papeles del escritorio. —El jefe volvió a pedirle que volviera.

Asentí. —Pero no está bien mentalmente.

Andrik volteó a verme una vez dije eso, levantó su dedo del medio y me apuntó con un bisturí con el ceño fruncido. Después de lo de hace dos días probablemente me odie y no quiera saber nada de mí.

—Si se queda en casa será peor, ¿No creés? —siseó entre dientes mirándome con una sonrisa.

Sonreí y la besé rápidamente.

Andrik se acercó lentamente y sin decir nada tomó uno de los expedientes, Jaime lo miró con cierto dolor, antes estaban muy juntos y ahora él nisiquiera volteaba a verlo.

—¿Porqué estás enojado conmigo? —preguntó Jai con la voz quebrada.

Andrik volteó a verla con sus ojos apagados con de costumbre y unas ojeras enormes. —No te hagas la imbécil, ¿Oíste? No debo hablarte si no me das nada que necesite! —me miró a mí de arriba hacia abajo.

Tenía las muñecas completamente despedazadas marcas recienten que me dolían hasta a mí de tan solo verlas.
An ató su cabello y se fue con Chris, que lo tomó por los hombros y caminaron hacia un cubículo.

—¿Qué están haciendo? —pregunté con curiosidad.

Ella levantó los hombros sin darle importancia. —Creo que tienen un descanso, igual no me emociono, Chris tiene novia…creo, y aparte, no es el tipo de Andrik.

Asentí aliviado.

—andrik.

Volteé a ver a Chris y nuevamente reí, llevábamos media hora en el cubículo y nunca me había aliviado tanto hablar con alguien sobre cosas sin sentido.

—¿Necrofilia? —preguntó y luego rió.

Estallé en una carcajada. —Depende de quien sea.

Sonó una ambulancia desde afuera, así que rápidamente salimos Chris y yo. Ricky estaba de rodillas mostrándole un anillo a Jaime y ella, pues, con las manos en la boca con sus manos temblando como loca.

—Vamos para adentro. —murmuró Chris jalándome del brazo con algo de fuerza.

Miré a ambos con los ojos llenos de lágrimas, sentía como me apagaba desde adentro, ahogué un grito en mi garganta y entré al cubículo sentándome al borde de la camilla y estallando en llanto.

—Me dejó, no le importo. —murmuré. —piensa que soy mejor que yo, que todos son mejores que yo, ¡Mi padre tenía razón!

ɴᴜᴍʙ┊ʀɪᴄᴋʏ ᴏʟsᴏɴ. Where stories live. Discover now