Iba a ser la boda del año, quizás del siglo, todo el mundo de la cultivación la esperaba.
No así Jiang Cheng.
No le interesaba asistir a la boda de Lan XiChen y Jin GuangYao.
Tenía otros asuntos más importantes que resolver que asistir a una estúp...
Estimadas/os lectores, ¡¡no saben lo feliz que me hicieron!! Hasta casi me hicieron olvidarme de mi trabajo, del estrés y mi deseo de matar a (algunos) de mis alumnos.
Las amo mucho
No pensé que alguien se interesaría en esta historia nacida del estrés, trataré no joderla en los capítulos que vienen, si bien ya están planificados y no creo que realice cambios de último minuto jaja
Ahora no las molesto más, ¡a leer!
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Con mucha pesadez en sus ojos, Lan XiChen comenzó a recobrar la consciencia, confundido porque en primer lugar no recordaba cuando la había perdido, se llevó las manos a la cabeza y trató de incorporarse solo para sentir un agudo dolor en su nuca, que su mirada se nublara y que de repente el piso se moviera cayendo nuevamente... bueno, su cabeza si que daba vueltas.
A parte de confundido estaba mareado.
Trató de recordar lo que le llevó a esa situación.
La preparación de su boda con A-Yao. La conferencia de las sectas. La fiesta de té. El ataque de aquellos enemigos tan raros. Aquel enemigo que tomó como rehén al niño Jin Ling, el ataque en conjunto con el Joven Maestro Jiang para rescatar al pequeño niño.
El talismán de trasporte.
Cerrando los ojos con fuerza, lo recordó todo; él y el Joven Maestro Jiang habían sido trasportados en contra de su voluntad por el enemigo cuando este intentaba huir.
Abrió los ojos y miró a ambos lados, pero su vista era aún borrosa, no lograba enfocar bien, además el mundo daba mil vueltas. Ni siquiera quiso probar el pararse otra vez por riesgo a caerse de nuevo.
Mientras esperaba que su cabeza dejase de girar, se cuestionó la razón del ataque de aquellos enemigos. Estos no portaban ningún elemento que les identificaran con alguna secta del mundo de la cultivación por lo que podía deducir que no estaba ligado a este, pero era muy inocente pensar que solo eran ladrones en busca de los tesoros en Gusu. Además, si su objetivo era robar, no era necesario realizar un ataque de esa magnitud. Algo buscan, o más bien a alguien, pero ¿a quién?
Por ello dedujo que quizás eran mercenarios. Guerreros contratados para realizar un objetivo claro.
Entendía que estos mercenarios hayan elegido su boda para atacar, ya que el jolgorio de la ceremonia, sumado a las preparaciones de la conferencia, creó un clima perfecto para el ataque. Sería mentir el decir que él y A-Yao no habían vislumbrado la posibilidad de un ataque.
Pero nunca a esa escala y nunca por profesionales. Solo imaginaron problemas menores provocados más que nada por ebrios.
