Iba a ser la boda del año, quizás del siglo, todo el mundo de la cultivación la esperaba.
No así Jiang Cheng.
No le interesaba asistir a la boda de Lan XiChen y Jin GuangYao.
Tenía otros asuntos más importantes que resolver que asistir a una estúp...
¡Feliz Navidad! Y a los que no celebran navidad, solo espero que hayan tenido un bonito día ❤❤
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Ya era pasada la medianoche y las sombras de la noche habían cubierto por completo cada uno de los pasadizos y callejones del Puerto. Nada se vía, todo estaba consumido por la oscuridad; pero los ruidos si se hacían presentes, las olas en el mar, el sonido de las viejas maderas de los barcos y botes crujiendo y meciéndose con las olas del mar, algunas ratas que mendigaban en búsqueda de comida, el aullido de los perros, y a la lejanía, los fuertes pasos de alguien que no trataba de pasar desapercibido.
O que más bien no se deba cuenta de su situación, después de todo debería mantenerse aun alerta, sin embargo, iba muy embelesado en sus cavilaciones. Los pasos firmes del hombre evidenciaban su tumulto mental y emocional. Si alguien lo viera en ese momento se daría cuanta, sin siquiera conocerlo, que el hombre irradiaba desconcierto.
Y sí que lo estaba, Jiang Cheng aún no daba tregua a lo que pasó hace un momento atrás entre él y Lan XiChen. El alfa se le había declarado, o por lo menos pareció ser una declaración. Pero era inverosímil, o sea, obviamente Lan XiChen estaba horriblemente confundido debido al efecto de la marca temporal, Jiang Cheng estaba seguro de aquello.
Aun así, esa declaración no salía de su mente.
"...Me he enamorado de ti, Jiang WanYin"
Se detuvo sobre sus pasos, la explicación del alfa sonaba tan convincente en sus oídos, pero no debía llenarse de falsas esperanzas.
–¡Maldición! – gritó para nadie en particular – ¿Por qué me haces esto, Lan XiChen?
Su grito fue un lamento que solo el viento escuchó, mientras que, en su pecho, el fuerte retumbar de los latidos de su errático corazón le acompañaban.
Se sentía confuso, su mente le repetía que no debía confiar en aquellas palabras, que solo eran causa de una marca que más temprano que tarde solo sería un recuerdo. Pero su corazón, nuevamente lo traicionaba. Latía feliz, anhelante de darse la vuelta y volver donde el alfa, y aceptarlo.
–Ah, WanYin, – una voz conocida, junto a un pequeño atisbo de luz proveniente de una antorcha, se escuchó desde la oscuridad – pensé que estabas con tu alfa.
Era Asuf, quien desde que Lan XiChen, se llevó al omega en un arrebato de lo que solo podían ser celos, buscó por los oscuros callejones del Puerto cualquier atisbo de los cultivadores. Después de todo, sus negocios con ellos aún no terminaban.
–No es mi alfa. – gruñó irritado, haciendo que el alfa comerciante delante de él temblara, recordando cierto látigo alrededor de su cuello – ¿Qué diablos quieres, Asuf?
–...Que forma tan fría de recibir a un viejo amigo cuando solo hace unos minutos estabas entre mis brazos. – bromeó intentando hacer más ameno el ambiente. No funcionó, el omega lo seguía mirando como quien ve a su peor enemigo. Asuf suspiró. –...Solo viene a hacerte unas preguntas, me quede preocupado antes; y obviamente también a entregarte algo que olvidaste. – Esto hizo que el rostro agrio de Jiang Cheng se relajara un poco. Entendía a qué se refería el comerciante con aquello; la xiao de Lan XiChen. Con todo lo que sucedió entre el alfa cultivador y él, casi termina por olvidarla.
