Capítulo 8: Lo más importante.

6K 867 729
                                    

Un día completo ya había pasado y Jiang Cheng seguía encerrado en la habitación de aquella posada donde despertó después del ataque de los bandidos y luego de que estos se llevaran a Lan XiChen a un lugar desconocido

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

Un día completo ya había pasado y Jiang Cheng seguía encerrado en la habitación de aquella posada donde despertó después del ataque de los bandidos y luego de que estos se llevaran a Lan XiChen a un lugar desconocido.

No es que no quisiera salir, o que la depresión y desesperanza le hubieran inundado. No, no fue así, pero sí que le afectó... Sí, eso lo reconocía (aunque no abiertamente) pero le bastó solo recordar lo lejos que estaba y lo mucho que añoraba su hogar para darse ánimos a sí mismo, no podía rendirse en ese momento, echarse a morir y dejar que aquellos sentimientos negativos lo absorbieran.

Aún tenía un objetivo: regresar a su hogar.

Y estaba seguro que esos bandidos se la pagarían, también aquello que ordenaron el secuestro de Lan XiChen y, por supuesto, también haría pagar a ese comerciante que lo había humillado.

Asuf aprendería por las malas que él no era un juguete, menos un trofeo; él era el próximo líder de una de las sectas de cultivo más grande y poderosa.

Lo que sí estuvo haciendo en esa habitación fue meditar, ¿con qué objetivo? Para recuperar sus energías, limpiar su cuerpo de los efectos secundarios de aquella neblina que utilizaron los bandidos lo más rápido posible, la misma que mermaron su fuerza. Tenía que estar listo, presentía que lo iba a necesitar, y con mayor razón, y con este pensamiento en mente, debía volver a ser el fuerte cultivador que era, aquel que podía a cazar criaturas sin ayuda y derrotar a alfas sin siquiera sudar. Aquel que fue conocido con la Campaña para derribar al Sol como Sandu Shengshou. Debía volver a recuperar su orgullo.

Sin embargo, casi al finalizar el día, su meditación fue interrumpida. Nada más y nada menos que por Asuf quien volvió a entra a su habitación sin siquiera preguntar. No lo había visto, y realmente no deseaba verlo, quería matar al alfa por lo que le hizo, hacerlo sufrir, pero aun lo necesitaba, tenía que controlarse. Al parecer el alfa mayor estuvo preocupado por su bienestar por ello lo fue a ver, mas Jiang Cheng lo ignoró.

–¡A-Cheng! Estaba muy preocupado por ti, así que te vine a ver ¡Te traje un regalo! – Jiang Cheng no necesito ni siquiera entregar una mirada al regalo del alfa para saber lo que era; eran dátiles, aquellas frutas que le habían enamorado. Siguió en no tomarlo en cuenta.

El mayor notó la falta de reacción del otro, pero aún seguía insistiendo en generar conversación en que Jiang Cheng le respondiese. Le hablaba de cualquier cosa mundana e insignificante que se le pudiera ocurrir. Lo único que generaba en Jiang Cheng era que el joven omega comenzase a perder la poca paciencia y autocontrol que había logrado con la meditación.

Cuando pensó que por fin su tratamiento silencioso al mayor había funcionado, al ver como el alfa se acercaba a la puerta con la intención de irse derrotado, se detiene en ella, mirando de reojo al omega quien aún lo ignoraba lo mejor que podía y volvió a hablarle.

–Quiero disculparme contigo; por mi comportamiento inadecuado... sé que obré mal y me aproveche de ti en tu momento de debilidad...– Jiang Cheng no dijo nada apretando su mandíbula recordando la humillación vivida. Seguía ignorando al mayor – ... me avergüenzo como alfa de aquel comportamiento tan desagradable ante un omega. – esta vez se giró por completo hasta observar directamente a Jiang Cheng, mirándolo con una intensidad que hizo que el omega le entregase una mirada –Prometo hacer algo para saldar mi error contigo, te lo aseguro.

El Viaje InesperadoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora