Capítulo 16: Reencuentros

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El plan ya estaba acordado; era momento de actuar

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El plan ya estaba acordado; era momento de actuar.

Lan XiChen suspiró. Aun dudaba de la seguridad de lo planeado, pero confiaba en Jiang Cheng, además, este tenía un punto; si sus hermanos estaban en ese lugar, prisioneros del capitán, debían rescatarlos.

Después de todo, si habían llegado hasta esas lejanas tierras, fue por ellos.

Le gustaría saber cómo era que WangJi y Wei WuXian estaban ahí, en ese territorio casi no visitado por los cultivadores; más allá de la muralla. ¿Habían logrado conseguir uno de esos talismanes de transporte de los enemigos? ¿o de alguna forma habían viajado con sus espadas hasta aquí? Lo último sonaba imposible, ya que para viajar hasta este lugar primero deberían de haber sabido donde él y Jiang Cheng fueron enviados, lo cual no creía fuera el caso. 

Tenía tantas preguntas; dudas que solo resolvería cuando estuvieran los cuatro juntos, a salvo y de preferencia, de camino hacia sus hogares.

Habían salido de la habitación y cada uno se desviaría para hacer su parte del plan.

–Bien, aquí es donde nos separamos – dijo el omega atrayendo la atención del mayor para después girarse y alejarse lentamente de este.

Lan XiChen tragó, no pudo evitar sentirse sumamente nervioso mientras veía alejarse más la espalda de Jiang Cheng. Es por ello que, en un impulso y antes de perderlo de vista, tomó la mano del omega, deteniéndolo.

–¡WanYin! ¡Espera...!

El menor abrió los ojos sorprendido y frunció el ceño ante la acción temeraria en un pasillo donde podrían ser vistos, sin embargo, su queja se quedó solo en sus labios al ver la expresión totalmente preocupada del mayor. Sin ser brusco, se separó del agarre del alfa, tomándolo en cambio de su mano. Y sin nada que decir, solo una pequeña y tímida sonrisa adornó sus labios, sonrisa más que nada para darle seguridad y confianza a Lan XiChen.

Y había funcionado, pues visiblemente los hombros del mayor se relajaron y le devolvió el gesto sonriendo también, acercando la mano de Jiang Cheng hasta sus labios y plantando un pequeño beso en los nudillos de este.   

–¡Oye---!

Pero nuevamente la queja se quedó en sus labios, pues Lan XiChen se apresuró a decir; –Mi seguridad siempre será saber que tú estás bien, WanYin. Y siempre estará a tu lado.

–¡C-cállate! –su rostro se había encendido por completo en un sonrojo, no podía creer lo descarado del alfa – ¿Acaso quieres que nos escuchen...?

Esta vez fue Lan XiChen quien le sonrió y lo dejó ir, para que cada cual pudiera cumplir la parte de su plan de rescate y escape.

En su corazón, el alfa iba pidiendo a cada deidad por la seguridad y bienestar de Jiang Cheng.

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El primero en hacer su parte fue Lan XiChen, que solo tuvo que acercarse a una sirvienta; lo cual sería sencillo debido a su personalidad afable, ya que, solo debía vigilar y observar el movimiento de la servidumbre. Aquel que tenía más peso sobre sus hombros en esta misión era Jiang Cheng, quien en el peor de los casos se tendría que enfrentar contra las tropas del capitán, poniéndose en riesgo. Era ahí donde yacía su máxima preocupación.

El Viaje InesperadoWhere stories live. Discover now