El Viaje Inesperado

Capítulo 9: La sombra de la raní Alisha

NOTAS INICIALES:

¡He vuelto completamente reformada, fina, culta y educada! xD Después de casi un mes de hiatus, regreso con un nuevo capítulo para ustedes y para celebrar que pasé agosto ¡yay! ...a duras penas, aún sigo con un resfriado de más de dos semanas, pero lo pasé ajaja

Sin más, he aquí el capítulo 9. ¡Disfruten(?)!

Ya era de noche cuando volvió a abrir los ojos sin tener que luchar con la confusión, el mareo y la inconsciencia. Después de todo, durante el viaje en barco hasta Bombay, donde intento huir de aquella extraña mujer y sus guardias fallando y siendo capturado tras inyectarle ese líquido tan extraño en su cuerpo, se mantuvo en una constante tire y afloja con la inconsciencia. No podía mantener abierto los ojos por más de 15 minutos y volvía a caer preso de la oscuridad. Por ello no sabía con certeza cuanto tiempo había pasado, solo que era de noche.

Levantó con cuidado su cabeza mirando alrededor, ya no sentía el ligero vaivén del barco al ser mecido por las olas del mar, por lo que asumía que ya se encontraba en tierra firme. Pronto, y con sumo cuidado, se puso en una posición sentada logrando con mucho cuidado encontrarse un poco más cómodo.  

Con la intención de levantarse por completo hizo ademán de pararse, pero nuevamente el sonido agudo y chirriante de las cadenas lo detuvieron; volvía a estar encadenado, solo que esta vez no eran sus muñecas las únicas apresadas, sintiendo también el frío metal alrededor de sus tobillos y su cuello.

Todavía un poco adormilado llegó a la conclusión de que no sacaría nada con intentar liberarse de las cadenas que lo apresaban, solo lastimaría sus muñecas y tobillos nuevamente. Su cuerpo no estaba recuperado por completo y no conocía nada de su situación, solo notando que estaba en una especie de celda, si los barrotes le indicaban de algo... no quería que le pasase nuevamente algo similar a lo acontecido en el barco. Por ello solo volvió a sentarse y a esperar que alguien entrara a su celda para saber algo de su destino.

Quizás, y solo de esa forma, así podría averiguar lo suficiente para generar un plan para huir de ahí y reencontrarse con Jiang Cheng. 

Por mientras que esperaba, se posicionó en un estado adecuado para comenzar su meditación y así lograr juntar energías en caso de que la necesitase y que su cuerpo se recuperase de cualquier efecto secundario que haya quedado en él por el líquido que lo dejó inconsciente. 

Después de varios minutos, o de horas -Lan XiChen no estaba realmente seguro- se escuchó como la puerta de su celda era abierta, provocando que el cultivador rompiera su concentración abriendo los ojos y siguiendo con la mirada los pasos del guardia dentro de su celda. Para desgracia de Lan XiChen, el guardia no hizo nada fuera de lo común, ni menos emitió palabra alguna al cultivador, de hecho, ni siquiera lo miró solo le dejó una bandeja de comida y agua, y se retiró.