9. El cebo I - Nevi

285 72 6
                                    


Nevi - Philadelphia

Shamrock Park, Nov 14:00pm


Después de debatir por algunos momentos, aportando ideas, armando complicadas estrategias e intercambiando opiniones que por momentos se acaloran más de lo debido, llegamos al mismo punto y nos debatimos entre golpear puertas o esperar a que se haga de noche y rezar por ser lo bastante afortunados para cruzarnos casualmente con él.

Cassie nos observa desde la ventanilla del coche con aire preocupado. Intercepto su mirada y la duda inunda la suya. Hace un gesto para preguntarme cómo va todo y hago una mueca de forma automática, indicándole que no vamos muy bien.

Empiezo a distraerme en los alrededores intentando pensar. Mi mirada se traba entonces en un fragmento de vidrio roto en el suelo. Puede ser el mismo que Cassie ha cogido antes, u otro... pero me llevan a la misma conclusión. Lo recojo del suelo y le doy vuelta entre mis dedos en lo que Byron y Chris discuten la posibilidad de volver al club a reunir más información intentando dar con una descripción física. Implica cruzar media ciudad otra vez...

Percibo entonces el viento frío y al mirar en la dirección desde la que sopla el aire, distingo descollando por encima de los edificios, el augurio de la tormenta de la que hablo Cassie.

—Eh, Byron —hablo entonces, atrayendo tanto su mirada como la de Chris.— La idea de la chiquilla no es tan mala.

—No es momento de bromas.

—¿Quién está bromeando? —me apresuro a responder— Tiene razón y creo que lo sabes. La sed de un neófito durante los primeros días a partir de su conversión es implacable. Solo piénsalo; es pura y simple naturaleza. Necesita nutrirse; necesita hacerse fuerte para sobrevivir. Si no es capaz de cazar durante sus primeros días, lo más probable es que se debilite y muera a manos de un vampiro más fuerte. Es selección natural. —Empiezo a pasearme intentando atar hilos en mi cabeza.— La chiquilla ha estado quedándose en el coche con la radio encendida desde que nos encontramos y se nota que ha prestado atención. Si hubiese habido otra noticia de asesinato, probablemente lo hubiésemos sabido. Una sola víctima no es suficiente para un neófito. Atacará otra vez y será pronto. Todo lo que debemos hacer es redirigir ese hecho inexorable hacia nosotros.

—¿Cómo?

—Lo ha dicho ella. Un cebo. —Byron se fija en el cristal en mi mano. Cuando tengo su atención levanto el cristal en alto intentando evocar en su memoria lo mismo que ronda en mi cabeza en este momento.

—¡¿Estas loco?! —exclama Byron, poniéndose frente a mí de una zancada. Aunque es un tipo mucho más grande que yo, no retrocedo— No voy a permitir que lo haga. No arriesgaré su vida para atrapar a un vampiro.

—Ella no será el cebo —le digo entonces, para tranquilizarlo.

Habiéndoles explicado mi plan, acomodado a la idea original de Cassie y acordado entre todos que es la mejor opción que tenemos, nos ponemos en marcha.

—Entonces ¿Cuál es el plan? —pregunta Cassie en cuanto Byron se acomoda en el asiento del conductor. Este chasquea la boca mirando fijamente el salpicadero sin atreverse a responderle.

—Hemos decidido darte una oportunidad, chica araña.

—¿En serio? —dice ella con una ceja en alto, buscando corroborar aquello con Byron, quien únicamente da una breve cabeceada. La chica sonríe emocionada pero entonces su rostro cambia y le mira con cierto temor.— ¿Significa que... tengo que cortarme?

Antes de que Byron diga algo, alcanzo la navaja suiza de mi bolsillo trasero y se la extiendo con una expresión trágica. Noto que Byron me fusila con la mirada, pero me sorprende la valentía de la niña cuando, tras dudar un instante, hace por tomar decididamente la navaja. En ese momento la aparto de su alcance:

—Es broma, Callie.

—¡Deja de meterte conmigo! —se enfada— ¿Entonces no seguiremos mi plan?

Sin necesidad de responderle, me hago con la navaja y me propino un rápido corte en el costado de la muñeca. Cassie profiere una exclamación.

—Esa parte iba en serio. Sólo... que haremos un par de modificaciones.

Byron, Cassie y Chris me acompañan en el coche, mientras que yo me muevo a pie. A nuestro paso, voy colocando estratégicamente gotas de sangre ocultas de manera que el vampiro pueda seguir el rastro, pero que este no sea lo bastante evidente como para darle pistas de que se trata de una trampa.

—Esto debería ser suficiente —digo depositando la última entre las hendiduras del tronco de un árbol.

A medida que avanzamos, la sangre ha dejado de manar haciéndome más difícil la tarea de exprimir gotas para dejar un rastro.

—¿Te duele? —pregunta Cassie desde la ventanilla del coche, haciendo un respingo. No puedo evitar sonreír con su consternación.

—Esto no es más que un medio para un fin.

Nos hemos detenido convenientemente frente a un estacionamiento casi desierto. El sitio perfecto para cazar a una víctima débil e indefensa: yo.

Byron y Chris se bajan del coche. Cassie se recuesta contra el asiento, desanimada, a sabiendas de cuál va a ser su sitio en esta misión. Byron duda por un momento antes de dirigirse a ella.

—Cassie...

—Ya lo sé. Me quedo en el coche —dice ella con resignación.

Byron me observa, posiblemente en espera de que haya un cambio de planes de última hora, que implique que pueda confirmarle aquello; pero si ambos dicen la verdad, la necesitamos.

—De hecho... —murmuro y Cassie salta de su asiento de forma automática.

—Nevent; no es seguro —interviene Byron.

—¿Qué? —exclama Cassie, alcanzando su brazo y tirando de él— ¡Dímelo! ¿Qué es?

—Estará segura, Byron. Estará contigo. Y cuando todo comience, se quedará oculta. Somos tres cazadores contra un neófito. Nada podría salir mal.

—Podría sentir su olor.

—No lo sentirá. No por encima del mío —le digo, enseñándole el corte en mi muñeca— No es obligación, no pienso forzarte; pero será de ayuda.

Cassie observa a Byron ansiosamente. Aquel exhala un profundo suspiro y niega una vez con la cabeza.

—No, Cassie. Esta vez, no te quedarás en el coche.

La chica salta del auto tan rápido que tropieza y Byron detiene su caída:

—¿Qué tengo que hacer?

Me agacho frente a ella, para brindarle seriedad a mi tono cuando le encomiende su noble misión:

—Necesito de tu sentido arácnido. ¿Crees que puedas ayudarme?

Cassie asiente dubitativa, pero entonces sus grandes ojos marrones se llenan de una súbita determinación:

—Lo intentaré.

El estacionamiento consta de dos pisos y hay pocos vehículos. Afuera sopla un viento fuerte y frío, y aunque la tormenta aún no ha empezado, el cielo ya está colmado de nubes negras. Sólo nos queda esperar y desear que todo salga según planeado. Temo que empiece a llover antes de que el vampiro encuentre el rastro y el aroma de la lluvia y la tierra mojada lo camufle. Intento mirar lo menos posible hacia el sitio en donde Byron, Chris y Cassie se hallan ocultos en caso de que el vampiro ande cerca y perciba en mí algún comportamiento sospechoso. Enciendo un cigarrillo y me limito a fumar, revisando el móvil de vez en cuando, fingiendo estar distraído.

Nuestra señal para prepararnos y dar inicio a la estrategia de emboscada, así como el poder prever desde donde vendrá el ataque, depende de Cassie.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora