47. Negocios nocturnos - Nevi

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Nevi - Philadelphia
Fabrica abandonada, Nov. 2:40am

Despierto de golpe, alertado por algo que reconozco como el sonido del motor de un vehículo. Me incorporo rápidamente, mirando a mi alrededor, mas no consigo ver nada. Todos duermen todavía.

Me descuelgo de mi lugar de descanso sobre una viga orillada del techo y empiezo a deambular preguntándome si ha sido mi imaginación. Pero al mirar por una de las ventanas del piso superior de la fábrica, distingo una camioneta estacionada afuera que no es la de Byron. Lo peculiar de la situación pone mis sentidos en alarma y empiezo a temer que algo esté ocurriendo, y preparo inconscientemente para afrontar un posible ataque, aunque no sepa con certeza de quienes o de qué. 

Nikolas está abajo. Por lo general suele quedarse despierto hasta muy tarde cuando tiene algo entre manos, por lo cual empiezo a pensar que, si algo hubiese ocurrido, ya me hubiese alertado de ello...

A menos que algo le haya pasado.

Conforme bajo las escaleras, empiezo a armar escenarios en mi cabeza, preguntándome si se tratará del vampiro que le compró la ballesta, o si se trata de alguien que tenga que ver con el anterior ataque al laboratorio. ¿Sus padres tenían forma de saber que fue él el responsable del robo?

Cuando llego al piso de abajo, empiezo a andar en dirección a la habitación de Nee, pero no le encuentro allí y aquello dispara mis temores. Sin embargo, a esa distancia soy capaz de oír una conversación lejana. Se oye como murmullos amortiguados en el interior de otra de las habitaciones.

Sigo el sonido de las voces andando con cautela, y estas poco a poco van adquiriendo claridad; sin embargo, todavía no comprendo lo que están diciendo. No consigo escuchar a Nee, y empiezo a temer que sean quienes sean, le hayan hecho algo. Así que apresuro el paso. 

No obstante, pronto consigo captar la que reconozco como su voz. Suena baja, sofocada por las paredes que la resguardan, igual que las otras, pero suena en calma y eso me tranquiliza; aunque solo hasta cierto punto. En los años que le conozco, Nee pocas veces ha actuado alterado por algo; incluso cuando su vida corre peligro.

Finalmente llego junto a la puerta desde la que percibo que vienen las voces y me detengo a intentar escuchar, aunque todavía no puedo entender una palabra de la conversación.

Sin poder más con el suspenso, empujo la puerta suavemente y la escena ante mí es muy diferente a la que, en mi estupor de recién despertado, me había imaginado.

Nee se halla dentro, con la espalda baja apoyada contra un amplio mesón lleno de piezas de metal en medio de la habitación, y las manos apoyadas contra la superficie del mismo, en ademán relajado. Pero mi vista se detiene poco tiempo en él antes de volar a los tres hombres de aspecto amenazante que están de pie frente a él. 

Los tres son enormes, del metro noventa para arriba, y fornidos como leñadores. Visten ropa oscura y casi no puedo verles el rostro debido a la oscuridad del cuarto, proveniente de una única bombilla de poco voltaje que cuelga del techo y les perfila a los ocupantes del lugar las facciones con un tenue resplandor ambarino. 

La situación provoca que me tense, pero Nikolas no parece intimidado por aquellos hombres. 

Hay dos grandes bolsas oscuras sobre la mesa. Uno de los hombres toma la primera y se la echa al hombro, y el segundo hace lo mismo con la otra. Lucen pesadas, pero las levantan como si estuvieran llenas de pelotas de ping-pong. El tercero se saca del bolsillo algo que entrega a Nikolas y que este guarda en el suyo casi inmediatamente, para después distender una de aquellas sonrisas que nunca llegan a sus ojos. Las que suele usar en un intento poco afanoso de parecer amable y terminan luciendo como muecas más bien hostiles.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now