54. Defensas II - Byron

240 65 26
                                    


Byron – Philadelphia

Fábrica – Nov 17:50pm

Tomo con cuidado el extremo del cable de cobre pelado y procedo a trenzar sus hebras con la ayuda de un pequeño alicate, colocándolo paralelamente a aquel al cual pretendo unirlo para, posteriormente, entrelazarlos en direcciones opuestas y, con el extremo del alicate, aprieto para unirlos y enrollarlos varias veces. Hecho esto, tomo el alicate y corto el extremo saliente, tras lo cual me dispongo a cubrirlo con cinta aislante.

— ¿Qué haces?

La voz de Nevi me hace levantar la cabeza. El chico me contempla, cigarrillo encendido en mano, con cierta curiosidad. O más bien al artefacto que tengo en las manos. Me quito el destornillador de la boca antes de responder.

— Una trampa lumínica.

— ¿Trampa lumínica? — repite él. — ¿Como las de los insectos?

Tuerzo una sonrisa.

— Ligeramente más fuerte.

Cuando termino de aislar los dos cables, los coloco con cuidado detrás de una pestaña de plástico que sirve a la vez como protección de la bombilla y sujeción del propio mecanismo. Se trata de un aparato pequeño, del tamaño de un walkman, de plástico negro, con varios cables entrelazados y un foco cuarzo. Si no fuera por este último, parecería una bomba.

— Nunca había visto ninguna – confiesa Nevi, observándola interesado.

— Que la fábrica cuente con electricidad nos da una gran ventaja a la hora de tenderle una emboscada a nuestro vampiro – le digo, señalando a la trampa lumínica que tengo en la mano, que ya es la quita o sexta que fabrico. — He fabricado varias de estas y las he conectado a un único interruptor, de modo que todas se encenderán al mismo tiempo, cegando a nuestro vampiro.

Nevi ladea la cabeza.

— No está mal pensado – comenta, — pero eso apenas nos dará un par de segundos.

Le miro, y sé que él ve en mi mirada que hay algo más.

— ¿Dónde está el truco? — pregunta.

— Son bombillas de polvo de magnesio aderezadas con clorato potásico y un toque de nitroglicerina.

La arruga en la frente de Nevi no tarda en aparecer.

— El polvo de magnesio es lo que se utilizaba en los flashes de las cámaras antiguas. Durante una época se mezcló con clorato potásico, pero su uso era muy peligroso por su carácter explosivo – le explico. — En nuestro caso, es esa explosión lo que nos interesa.

— De ahí la nitroglicerina – termina Nevi, comprendiendo. — ¿No será peligroso?

— Las explosiones serán mínimas — sigo explicándole, al tiempo que saco de la bolsa un cinturón de balas. — No dañarán la estructura del edificio, pero sí desconcertarán a nuestro vampiro. Si trata de huir, se activarán. Pensará que solo son simples focos, pero cuando exploten, el fuego lo distraerá lo suficiente para que podamos hacer nuestro siguiente movimiento. Ten – le tiendo el cinturón, que él se apresura a tomar. — Balas de gidgee de punta lumínica.

Nevi las observa, fascinado y con cierto punto de emoción.

— Había oído hablar de ellas. No son fáciles de conseguir – añade con intención.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now