48. Demostración II - Byron

263 65 42
                                    

Byron – Philadelphia
Fábrica – Nov, 7:00am


Inconscientemente, despierto muy pronto y con una sensación extraña, como si me faltase algo. Y cuando salgo al exterior con Keeper para que pasee y hagas sus "cosas" de perro y veo que falta el coche de Chris, comprendo por qué me siento así. Entiendo su decisión y la respeto, porque en el fondo es lo más lógico, lo que yo mismo haría, pero después de tanto tiempo separados, el volver a tenerlo cerca me hacía sentir bien. Era volver a tener cerca a mi familia, a aquella a la que yo mismo alejé. Nunca hubiera pensado que lo iba a echar tanto de menos. Hace años, cuando solo me importaba una cosa, no dudé en separarme de ellos y ahora... es como si me hubieran arrancado una parte de mí. 

Algo en mí ha cambiado.

Pero el hecho de que Chris ya no esté con nosotros supone mucho más que un extraño vacío en mi interior, sino un vacío en las defensas de la fábrica. Ahora somos solo dos cazadores, un licántropo que todavía no controla sus poderes y un joven que apenas está aprendiendo cómo defenderse, para proteger a dos niños y al tipo que puede ayudarme a encontrar a Salazar de un vampiro que puede hacer acto de presencia en cualquier momento. Tenemos que estar preparados.

Y, por eso mismo, y al ver pasar a Micah magullado de camino al vestuario, me doy cuenta de que hace tiempo que yo mismo no entreno.

Por ello, cuando Cassie me encuentra en una de las salas contiguas a la principal en camiseta interior de tirantes y haciendo flexiones, me contempla extrañada.

— ¿Qué haces?

Continúo a lo mío, manteniendo la respiración y aprovechando el momento de exhalar para contestar en un jadeo.

— Entrenar.

— Ah. – Es todo cuanto ella responde.

Y se queda parada bajo el quicio de la puerta, mirándome. Sigo haciendo ejercicio, pero tal como noto las gotas de sudor cayéndome por la frente, noto la mirada de Cassie fija en mí, y me obliga a detenerme y sentarme sobre uno de mis muslos para quedar de frente a ella.

— ¿Ya te has cansado? — pregunta.

— No.

— Entonces, ¿por qué paras?

— ¿No tienes nada mejor que hacer que mirarme? — le pregunto.

— Todos siguen dormidos, y a Caleb aún le da miedo quedarse a solas conmigo – responde.

Miro la hora y compruebo que todavía es pronto. Demasiado pronto para que Cassie esté despierta.

— ¿Cómo es que has madrugado tanto? — le pregunto.

— No podía dormir. Me dolía la tripa.

Arrugo la frente ante esa información.

— ¿Y eso? — le pregunto.

Ella se encoge de hombros. Una sombra de preocupación me cruza el rostro, y automáticamente en mi cabeza brilla la idea de anemia. Pero enseguida la desecho. El dolor de tripa no es síntoma de anemia..., ¿verdad?

— ¿Por qué no desayunas algo? —propongo. — Igual se te pasa.

Realmente no tengo ni idea de si es buena idea. Ella niega con la cabeza.

— No tengo hambre.

— Tienes que comer – insisto.

— Pero si me duele no me apetece comer – replica ella.

HUNTERS ~ vol.1 | COMPLETAWhere stories live. Discover now