Capítulo 10

1.5K 162 12
                                    

Sonreí hacia ella una vez más y fui rápido a apagar la luz de la habitación y quedar totalmente a obscuras como siempre, regresé a la cama caminando insegura para no caerme o chocar con algo y me subí a la cama. Seulgi me abrazó casi inmediatamente descansando su mano en mi vientre desnudo, haciéndome estremecer y suspirar al mismo tiempo.

—¿Seul... y si la niña no me quiere regresar a Kkangseul? —pregunté de repente. Ella rió bajito.

—Podemos sobornar a la mamá, puedes ponerte a gritarle cosas como lo hiciste con la recepcionista o... o podemos esperar a que ella se dé cuenta de que esa cosa apesta horriblemente y nos lo regrese.

—Eso no va a pasar —negué con la cabeza aunque no me viera— por lo menos nadie lo hizo tocino...

—Sí... eso es bueno.

—Supongo... —murmuré, sintiendo más fuerte su abrazo— oye... ¿No te sientes, de algún modo, incomoda conmigo?

—¿Cómo? ¿Incomoda...?

—Pues... no sé, incomoda conmigo aquí de nuevo, de la nada, embarazada y todo eso.

—Estoy jodidamente feliz, eso estoy —murmuró deslizándose más cerca y hundiendo la cara en mi cabello, después inhalando y gruñendo ahí, volviéndome loca— no tienes idea de lo contenta que estoy de que estés aquí conmigo de nuevo y de que pueda abrazarte de este modo otra vez... pensé que no lo volvería a hacer nunca más... y bueno, lo del embarazo realmente es algo que no me esperaba, para nada y no sé bien cuales son mis sentimientos respecto a eso porque aun estoy tratando de digerirlo, pero... si quiero formar una familia con alguien, esa eres tú así que estoy contenta con eso también.

—Vamos a ser las mejores mamás del mundo —opiné visualizándonos con un bebé de sexo desconocido, y nos veíamos realmente bonitas.

—Vamos a ser las mamás más... eh... más geniales de todos y quizás, cuando tengamos más hijos y seamos mayores, entonces si podremos ser las mejores. El primer hijo seguramente va a ser como... más como nuestro hermano ¿No crees?

—¿Por qué piensas así? —pregunté riendo bajito y jugando con su brazo. En la obscuridad mientras hablábamos de tener más hijos.

¿No somos tiernas? ¿No somos hermosas? Claro que lo somos.

—Acéptalo, vamos a ser un desastre —soltó de repente, riendo— yo no estoy preparada para ser mamá y tú menos, pero será realmente divertido intentarlo.

—Sí, supongo —sonreí— sólo promete que no serás tan amargada con nuestros hijos.

—¿Amargada? —repitió— yo voy a ser la mamá más... bueno, mientras ellos sean callados y nada enfadosos, yo voy a ser buena, lo prometo.

—Tonta... —bostecé—. ¿Y, Seulgi?

—¿Qué?

—¿Qué se supone que somos? —pregunté sintiendo como mis ojos se cerraban sin querer.

—Pues... yo soy Seulgi y tú eres Irene, hasta donde yo sé somos humanos, aunque sigo pensando... que quizás tú eres un ángel.

—Oh... ooooooow eso fue tan lindo —me desperté de golpe y apreté su brazo con ganas. Todo el sueño se me fue— ¿Estuviste buscando esto en internet?

—Eh, no —dijo en voz baja, pero realmente dudé y sólo me limité a reír.

—De todos modos, no me refería a eso, me refería a qué somos, novias, mejores amigas, amigas con derecho a embarazo o...

—Amigas con derecho a embarazo suena genial pero no creo que exista —se rió— pero somos novias ¿O no?

—No sé Seulgi, no recuerdo ese momento tan perfecto cuando me lo preguntaste —la escuché suspirar exasperada— ¿Qué, pretendías que mágicamente ya fuéramos novias?

—No mágicamente, creo que es algo obvio, Irene.

—No hasta que me lo preguntes —insistí, ella se quejó— puedes hacerlo ahora.

—Cuando me exiges las cosas se me quitan las ganas de hacerlas —dijo con voz quejumbrosa como siempre— le quitas la magia o lo que sea.

—Es que si tu cerebro no te da para que lo hagas tú misma, entonces yo no pienso quedarme callada y tragarme la decepción de que no lo hagas, así que te lo tengo que pedir amablemente...

—Exigir fastidiosamente, querrás decir —me interrumpió.

—De acuerdo, no lo hagas —murmuré fingiendo fastidio y dejando de acariciar su brazo. Pero es que por más que Seulgi siempre arruinara las cosas y nunca hiciera nada como yo lo quería, bueno, estaba demasiado extasiada como para enojarme por eso.

—Lo siento —murmuró con su cara aun enterrada en mi cabello y se levanto un poco hasta que pudo besar mi cuello— ¿Quieres que lo haga ahora mismo?

—Sólo si quieres hacerlo —logré decir.

—Claro que sí quiero, no seas.... Irene, ¿Quieres ser mi novia? —preguntó, como si me estuviera preguntado la hora, no, ni siquiera eso, fue como si me hubiera estado pidiendo la hora desde hace tres días y yo no se la hubiera dado, estaba enfadada y cansada. ¿Y yo soy la que mata la magia? No lo creo.

—Se nota que te mueres de ganas —renegué— ni siquiera me dijiste cosas bonitas y habíamos dicho que...

— ¡Joohyun! En serio a veces me dan ganas de... —gimió enojada y tomó aire sin soltarme ni levantar su cabeza de mi cuello. Sonreí y busqué su mano para apretarla fuertemente. Sus palabras vibraban contra mi oído, sus labios me rozaban íntimamente y yo realmente me podría quedar así por siempre, aunque me estuviera gritando y aunque estuviera frustrada— bueno... chica, te amo ¿Escuchaste, entendiste eso, entro en tu cerebro? Llevo amándote desde hace mucho tiempo, me merezco esto. Realmente no entiendo por qué te amo, si eres como eres, pero de algún modo lo hago y más te vale que tú también lo hagas porque fue tu culpa que yo estuviera en depresión por tanto tiempo, me lo debes, fue tu culpa hacerme tan dependiente de ti, y ahora no puedo dejar de abrazarte y no pienso dejar de hacerlo, porque siento que te iras de nuevo, y ahora que volviste, sigues siendo como eras antes y, tan típico de ti, no me pones las cosas fáciles, así que... hermosa, ¿Quieres ser mi novia, por favor? Bueno, en realidad TIENES que ser mi novia por obligación, realmente no te lo estoy preguntado...

—Yo... oh, Kang. Simplemente me pregunto ¿Cómo puedes ser tan imbécil, tan linda, tan tonta y tan perfecta al mismo tiempo? Sí, Seulgi, quiero ser tu novia y he querido eso desde el primer maldito día que te conocí, sólo que tu cerebro lento nunca se dio cuenta de eso incluso cuando tú querías lo mismo. Literalmente morí y después, sólo así, me dijiste lo que sentías.

—Lo sé, aun sigo siendo una idiota pero ya no quiero perder más tiempo contigo —dijo en voz fuerte despegándose de mí cuerpo, se levantó un poco y aun estando en la completa obscuridad de su habitación, podía de algún modo sentir su sonrisa. Se puso sobre mí de lado, con problemas por mi panza, colocando sus manos a ambos lados de mi cara para voltearme y besarme lentamente, rozando mis labios, tanteándome y tomándose su tiempo para saborearme de la mejor manera. Suspiré profundamente y me preparé para besarla más fuertemente, pero se separó de repente, dejándome como pez con la tropa parada y el ceño fruncido— no podemos besarnos así, Irene.

—¿Por qué no? —pregunté con la voz cortada, carraspeé.

—Porque voy a querer más y estoy segura de que no podemos hacer nada mientras Cosa Fea esté en tu cuerpo.

—Bueno... tienes razón, no podemos hacer eso —admití, pensando un momento, ella se quedó con las manos en mi cara, acariciando mis mejillas y cuando tomó aire para decir algo, abrí la boca rápidamente para interrumpirlo— porque... ¿Qué tal que lo hacemos y el bebé se atora en mí?

—¿Qué?

—Puede ser probable... —murmuré— qué lo empujes, lo metas más a mi panza con tu... eso y luego ya no pueda salir de mi panza, se atore ahí y...

La risa ahogada, infantil y hermosa de Seulgi me hizo callar.

—No creo que eso sea posible, Irene —dijo entre risas— eres... eres tan tú que no puedo creerlo. Te amo tanto...

{}

—¡Miren quien regreso del infierno! —gritó Sehun dramáticamente, levantando los brazos y haciendo voz de locutor, salí por el pasillo caminando hacia Sunmi, Wendy, Seulgi, Yeji, Sehun y el bebé de Sunmi.

Wendy tenia la boca abierta, totalmente, y los ojos llenos de lagrimas. Sunmi me veía igual, pero no a la cara sino a mi panza. Sehun seguía con los brazos levantados y Seulgi estaba desparramada en el sofá abrazando a su hermanita y viéndome sonriente.

—Eres... una... perra —susurró Wendy en alto, como si se le hubiera ido el aire, y cuando bajó la mirada a mi panza abrió los ojos de golpe de nuevo y dio un grito ahogado— ¡Eres una perra! ¡Oh por Dios! ¡Maldita perra del infierno!

—¿Por qué le dice así? —le preguntó Yeji acongojada a Seulgi. Ella rió.

—Porque la extrañé mucho —contestó ella parpadeando por fin y caminando hacia mí.

—Podría decir lo mismo —dijo Sunmi, entrecerrando los ojos y luego suavizándolos y acercándose a mí como Wendy.

—Estás embarazada, no lo puedo creer —murmuró Wendy, tocando mi estomago. Sonrió abiertamente y se abalanzó para abrazarme por el cuello, con cuidado de no aplastarme mucho y me susurró al oído— es de Seulgi... ¿Cierto?

—Sí, es de ella —contesté poniendo los ojos en blanco con una sonrisa. En cuanto me soltó Sunmi me abrazó igual, de una manera más fuerte.

—No puedo creer que te fuiste sin despedirte de nosotras, ni siquiera nos contaste que te acostaste con Seulgi , después de que fue gracias a nosotras y ahora... estás embarazada y, todo esto es... wow, Daehwi tendrá un... ehmm, ¿Amigo o amiga?

—Aun no sé —contesté tímida. Sunmi me soltó y se alejó mirándome con el ceño fruncido— miren, mejor sentémonos y les cuento todo lo que pasó ¿De acuerdo? Para que no me odien tanto.

Después de conocer a Daehwi, el hermoso hijo de Sunmi, nos sentamos en la sala primero incómodamente, todos estaban mirándome absortos, incluso Yeji que ni siquiera sabía de lo que hablábamos, y empecé a contarles todo lo que sucedió.

Desde que lo hice con Seulgi, diciendo algunos detalles, aguantándome su cara avergonzada y la cara de incomodidad de Sehun al escuchar eso, luego, diciendo cómo fue cuando me fui de ahí y decidí dejarle la grabadora de Sehun, quien se quejó por eso, ni siquiera quise mirar a Seulgi ahí, después les dije todo lo raro que pasó en USA. 

Los dolores fuertes, las hemorragias que no paraban, el miedo que tuve, la idea de la inyección que se supone me tenía que matar, hasta lo del pobre niño que me donó sus órganos y luego contándoles mi parte favorita de todo, cómo fue que estuve muerta por unos minutos y me revivieron. Eso fue lo más asombroso y genial que ha pasado en mi vida, soy como inmortal o algo así.

—Directo desde la muerte, Irene nos cuenta sus divertidas anécdotas Zombies —se burló Sehun riendo y sin quitar esa mugrosa voz de locutor.

Real life, Real Love (Seulrene G!P)Where stories live. Discover now