Capítulo 18

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Dos malditas, dolorosas y largas horas después, de sólo estarme comiendo las uñas y muriendo de la angustia por mi novia borracha, mi hermana desmayada y mi mejor amiga pariendo, el doctor pasó por enfrente de nosotros y me levanté rápidamente, mareándome y casi cayendo al piso, pero acercándome a él como plaga.

—Oiga, oiga ¿Qué está pasando? ¿Cuanto tiempo más falta? ¿Por qué todo esto es tan lento? ¿Cómo está Yeri? ¿Cómo está su hijo? ¿Qué...

—Por favor, señora... —me hizo callar, levantando una mano a la altura de mi cara y cerrando los ojos con molestia un segundo. Y me dijo señora, lo que hizo que yo también me molestara— Yeri aun está dormida por la anestesia, le dijimos eso hace una hora. Están bien, ambos.

—De acuerdo viejito, gracias ¿Tan difícil era decirme eso de buena manera? —murmuré con los ojos entrecerrados y me di una vuelta dramática para volver a mi asiento a un lado de Wendy que ya se estaba quedando dormida.

—Últimamente eres más agresiva —se burló Sunmi riendo y recargándose en Jackson.

—Es culpa de ellos —miré a mi panza— yo siempre he sido dulce ¿recuerdas?

—Uhmm, no —dijo y se volvió a reír. Puse los ojos en blanco y salté del susto cuando mi celular empezó a vibrar en mi mano. Era un numero desconocido.

—¿Sí? —contesté. Se escuchó mucho ruido por un momento y luego calma.

—Irene, soy Jimin —gritó. Alejé un poco el celular de mi oreja— ¿Está todo bien? Seulgi no deja de decir algo de sangre, dar a luz y atorarse. Dime que todo está bien. Estoy empezando a preocuparme, ella está... llorando.

—¿Qué? ¡No, nada está bien! Yeri acaba de dar a luz, estamos en el hospital ¿Cómo está Joy? ¿Sigue desmayada? ¿Seulgi está llorando? ¿Por qué?

—Demonios —dijo, con la voz más baja— ya no está desmayado pero sigue borracha, muy borracha. Y Seulgi, bueno, no sé que sucede con ella... no importa, las llevaré para allá ahora mismo ¿En que hospital están?

—En el que está a un lado de una plaza, en el centro. Pero no vengan, déjalas ahí y...

—El bebé de Joy nació y ella no puede quedarse aquí borracha. Llegaremos en quince.

—Pero... —empecé a decir, pero me colgó. Suspiré con frustración y gemí bajito.

—¿Cuantas veces tienes que repetirle las cosas a un hombre para que entienda? —me pregunté en voz baja. Pensando en que todos los amigos de Seulgi eran iguales de... poco inteligentes, que ella.

—Amiga, los hombres nunca entienden —murmuró Wendy a medio dormir a mi lado.

Media hora después se escucharon risas, golpes y palabras arrastradas desde el pasillo. Cerré los ojos y recé que no fueran las chicas. Pero la voz de Seulgi era inconfundible, aun cuando estaba toda ronca y borracha. Dejé salir todo el aire y apreté los dedos en mis palmas. Levanté la vista y las vi. Joy iba riendo, apoyada en Jimin quien prácticamente la cargaba, y Seulgi venía detrás de ellos caminando y hablando solo pero bien concentrado en cada paso y tambaleándose. Se veía tan tierna que casi la perdono. Casi.

Me paré y caminé hacia ella directamente.

—Mi amor —dijo cuando me vio y dejó de caminar, pero yo seguí acercándome a ella y como si la golpeaba de verdad me iban a sacar del maldito hospital, alargué mi mano y le di un pellizco largo, fuerte y tardado en el brazo izquierdo. Ella gritó dramáticamente y se sacudió de mi agarré, gimió, se sobó el brazo y caminó hacia atrás pero se cayó y se quejó de nuevo.

—¡¿Qué me hiciste?! —chilló sin dejar de gemir y sobarse el brazo de manera totalmente exagerada.

—Se llama pellizco —vociferé y me agaché un poco para volver a pellizcarlo en el otro brazo. Seulgi volvió a chillar y a sobarse y sonreí. Por fin encontré algo que puedo hacer para que se retuerza.

—¿Que está pasando aquí? —susurró fuertemente una enfermera, mirándonos de la peor manera posible. Últimamente todos me miran de esa manera— no pueden hacer escándalos así, este es un hospital y se requiere...

—Lo sé, lo sentimos y no pasará de nuevo, pero ella se lo merecía —la interrumpí y golpeé la cabeza de Seulgi — ya párate.

—Si no amara a esta maldita loca... —empezó a murmurar mientras trataba de levantarse sin éxito— todo sería más jodidamente... fácil.

—Deja de hablar y sólo levántate —exigí después de casi diez malditos minutos esperándola.

No sabía que todo el trabajo de parto era tan malditamente tardado, teníamos ahí en el mugroso hospital todo el mugroso día y todavía no nos dejaban siquiera entrar a ver a Jeongjin. Yeri ya había despertado y tampoco nos dejaban verla. Según podía entrar la otra madre del niño pero dijimos que ella no estaba presente, y la verdad es que Joy estaba asquerosamente borracha, desparramada en una silla y cantando canciones viejas.

Entonces nosotros teníamos que esperar no sé cuanto tiempo más. Ya todos estábamos aburridos y enojados. Sunmi y Jackson se fueron porque debían recoger a Daehwi, Wendy se durmió, Joy estaba recargada contra Jimin, cantando con él y yo estaba sentada a un lado de Seulgi, separada de ellos, escuchando sus tontos comentarios acerca de que yo no la amo.

—Sólo dímelo, Irene, dime ¿Por qué ya no me amas? —susurró Seulgi, recargado en mi hombro y hablándome al oído. Me estremecí, cerré los ojos y me apoyé contra ella sin contestar nada— conociste a otro tipo ¿Es eso? Seguro es una tipa que esta mas buena que yo. Todo este tiempo que me tenías abandonada conociste a otra tipa en tu país y ahora ya no me quieres. Me lo merezco ¿No? No, no me lo merezco. Te amo tanto, no me importa que quieras a otra...

—Seulgi, te amo, en serio. Ahora cállate.

{}

{Seulgi}

—Mira, Eunbi está golpeando a su hermano —dijo Irene emocionada, riendo como loca mientras veíamos a nuestros hijos peleando dentro de ella.

Cómo no le gustó Kimmosavy a Irene, decidimos ponerle Eunbi, porque era un nombre bonito y normal. Y al niño le pondríamos Doyoung. Sólo Doyoung. No me gusta para nada pero como ella estaba enojada conmigo aun por emborracharme el día de parto de Yeri, tenía que darle gusto en todo.

—Ya me los puedo imaginar peleando cuando nazcan —dije perdida, sonriendo como idiota viéndolos moverse. No entendía una mierda de que era lo que movían pero de todos modos verlos era maravilloso. Irene se encogió de repente y soltó un gemido bajito.

—Me tocó un codazo. Niños, no me metan en sus problemas.

Cuando terminó la sesión la doctora me dijo al oído que necesitaba hablar conmigo otro día, a solas. Me congelé y asentí para ella pero me fui totalmente desconcertada.

—No podemos decírselo a ella —dijo la doctora, luciendo consternada y preocupada— porque no queremos que tenga emociones fuertes que puedan arriesgar esto incluso más. Irene me contó todo, lo de su enfermedad y cómo casi mágicamente la salvaron... y..

—Pero no entiendo —susurré interrumpiéndola, con la mirada perdida en su escritorio sin querer verla a la cara— lo que está diciendo es...

—Aquí hay varios problemas, Seulgi. El corazón de la niña no late como el del niño. Sus latidos son débiles y ella es notablemente más pequeña. Ademas, Irene no tiene las defensas fuertes como cualquier mujer normal. Acaba de pasar por cirugías importantes y no creo que tenga la fuerza como para dar a luz... Seulgi, tienes que ser fuerte por ellos, porque no todos van a sobrevivir.



Maratón 3/5

Real life, Real Love (Seulrene G!P)Where stories live. Discover now