Capítulo 29

743 104 25
                                    

—Una ninja, por supuesto —Wendy puso los ojos en blanco y rió un poco— sólo vamos a mi habitación, Seulgi. Necesitas acostarte en mi cama y...

—Eres muy linda y todo, Wen, pero no estoy interesada en ti de ese modo, además tengo novia y... ella está presente —susurró lo último, hablando seriamente, cómo fuera en serio que Wendy se estuviera muriendo de ganas por acostarse con ella y como si yo no pudiera escucharla.

—Yo te llevaré a la habitación de Wendy, pero tienes que callarte —dije.

—¿Quieres un trío? Irene, esas cosas no me van —dijo con cara de espanto, la miré enojada. La Seulgi borracha de hoy no estaba deprimida ni dulce como las otras con las que me había tocado lidiar, esta estaba estúpida y caliente— lo siento, quiero decir, si tú realmente lo quieres, puedo intentarlo, pero...

—Por favor, bebé —intenté poniéndome frente a ella y abrazándola. Ella trató de abrazarme también y casi me tira en el intento— ¿puedes ir a la habitación de Wendy y quedarte en silencio? ¿Puedes, por mí?

Seulgi asintió y me sonrió, con todo y sus ojos adormilados, luego hizo un cierre invisible en su boca y asintió.

—Voy con mi hermana, suerte con esta idiota —me dijo Wendy poniendo los ojos blancos hacia Seulgi una vez más y salió de su habitación. Ella se sentó en la cama, en silencio, admirando todo. Me senté, también en total silencio a su lado.

—¿Recuerdas la última vez que estuvimos aquí? —preguntó, con la voz bajita y la postura floja.

—¿Wendy y yo con trajes de prostituta, Sunmi y tú estando esposadas, yo bailándote sexy y luego besándonos? Sí, lo recuerdo.

—Esa fue la primera vez que te dije "te amo" —murmuró, sorprendiéndome por completo— estabas arriba de mí y yo estaba tan caliente, como una tipa puede estar con una chica como tú en su regazo, pero luego la calentura bajó por un momento y yo sentí que tenía que decirlo, y lo hice, sorprendiéndonos a ambas, excepto que tú pensaste que estaba diciendo el nombre de una chica que me inventé. Vaya mierda.

—¿Eso es en serio? —pregunté enternecida— ¿Por eso no querías responder? Aw, Seulgi, y yo me enojé tanto contigo.

—Lo sé y te amo. Mucho.

—Yo también —la miré de reojo, queriendo besarla tanto, y abrazarla y owwww, pasar a lo que le sigue de eso, pero aun estaba molesta aunque ella estuviera siendo la cosa más tierna del mundo— aunque estés volando hacia alguien que se convertirá en una esposa borracha, mujeriega y golpeadora.

—No estoy borracha, Irene, ya te lo dije —reclamó— y nunca te golpearía muy fuerte... al menos no a propósito, pero seguiré dándote golpecitos en la cabeza para que recapacites, y por otras mujeres, bueno, estoy segura que me seguirán gustando algunas y las seguiré mirando porque soy una mujer con hormonas y estas cosas pasan, pero nunca te engañaría, yo no haría eso.

Fruncí el ceño un segundo ante su cruda sinceridad y luego recordé que estaba borracha, y los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Me acerqué a darle un pequeño beso en los labios para quitarme las ganas, un beso que pretendía ser totalmente casto pero Seulgi se alejó de toda su tranquilidad en el momento en que mis labios tocaron los suyos y atacó mi boca, besándome profundamente, así como lo hacía cuando estábamos a punto de... y luego no pasaba nada. Puso sus manos en mi nuca y dejó entrar su lengua en mi boca fácilmente. Y yo debí parar su calentura, su beso, su todo, diciéndole: no, para. Pero no podía, en serio, ella me estaba besando y de pronto se me olvidó que estaba borracha y que estaba siendo toda una idiota. Suspiré en sus labios y me abandoné solo un minuto más, pero luego, logrando de alguna manera recopilar lo poco que me quedaba de autocontrol, la aparté.

Real life, Real Love (Seulrene G!P)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz