Capítulo 7

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Lauren me preguntó si quería postre, y asenti. Pedimos el postre y hablamos un poco más. Hubo una larga espera para el postre, y Lauren comenzó a impacientarse. Yo, por otro lado, seguí bebiendo el vino blanco, más de lo que debería haber hecho.

-¿Dónde está ese maldito camarero?-, Gruñó Lauren molesta. Tomé otro sorbo de vino, notando que me sentía un poco borracha. Mi cabeza se sentía como si estuviera nadando, y parecía que Lauren y el restaurante se alejaban. -Voy a buscarlo y apresurarlo.

Lauren se movió, alejándose de la mesa con frustración. Me reí de ella; No era mi intención, el sonido simplemente salió. Sorprendida, Lauren se detuvo, congelada en el lugar como si el tiempo se hubiera detenido repentinamente, luego, lentamente, se dio la vuelta.

Su ceja oscura se alzó, mirándome con confusión. Me reí de nuevo, antes de abofetearme la boca de una manera casi ridícula. Lauren me miró por unos segundos; como si yo fuera una ecuación difícil que no podía entender.

-Lo siento-, me disculpé, antes de reír de nuevo. La segunda vez más maníaca e histérica. Una vez más, puse mi mano sobre mi boca para amortiguar el sonido. Lauren se olvidó de su búsqueda por nuestros postres retrasados y se acercó a mí.

-¿Cuánto has bebido?- Lauren exigió, usó su voz dominante. Incliné la cabeza, mis ojos se posaron en el suelo, pero no pude evitar reírme una vez más. Lauren se sentó a mi lado y me agarró la barbilla. Ella forzó bruscamente mi cabeza hacia arriba. Repitió su pregunta, -¿cuánto has bebido?

-Dos vasos, tal vez tres-, respondí, mirando directamente a los ojos esmeralda de Lauren. Me di cuenta de lo hermosos que son sus ojos: una mezcla giratoria de verde, menta y oro. Eran impresionantes, si yo fuera una buena artista, habría querido pintarlos. Quería gritarle al mundo lo asombrosos que eran sus ojos. -Tienes unos ojos hermosos-, solté.

-Así que crees que tengo ojos hermosos, pero no sientes ningún deseo hacia mí en absoluto-, murmuró, enojada.

-Me asustas-, admití, todavía mirándola a los ojos. No debería haber estado mirando fijamente a sus ojos, era una falta de respeto. Sin embargo, Lauren no frunció el ceño ni rompió el contacto visual. Parecía que le gustaba que estuviera haciendo contacto visual con ella; No estaba sometiéndome a ella, y le gustó.

-Mucha gente me tiene miedo- comentó.

-¿Eso no te pone triste?

-Se supone que todo el mundo tiene miedo de mí-, dijo Lauren, con un pequeño encogimiento de hombros. -Si la gente me tiene miedo, no me joden a mí, ni a mi manada. Entonces, si la gente me tiene miedo, me dejan sola. Sin embargo, no quiero que estés asustada de mi. Ahora no, somos compañeras.

En ese momento, el camarero apareció con nuestros postres. Lauren se apartó de mí rompiendo nuestro intenso contacto visual y miró al camarero.

-Hemos estado esperando demasiado tiempo. No lo queremos ahora, devuélvalo y no pagaré por eso o por el mal servicio de aquí-, dijo bruscamente.

-Lo siento, señora Jauregui...- comenzó el camarero, pero lo corregí rápidamente.

-A ella le gusta que la llamen Lauren-, le dije, con un firme asentimiento de la cabeza.

-No, no lo es-, espetó Lauren, furiosa. Parecía enojada, lista para matar. -Llámame Señora Jauregui o sino tendremos un problema-. Estaba mirando al camarero, tratando de quemar agujeros en su piel. El camarero tragó visualmente, antes de murmurar una disculpa a Lauren y apresurarse a buscar un gerente.

Lauren se volvió hacia mí y frunció el ceño.

-Solo tú puedes llamarme Lauren. No me hagas parecer débil ante los demás -. Sus palabras fueron duras, y lo dijo con un furioso gruñido de ira. Gemí ante su tono, y bajé la cabeza. Borracha o no siempre me sometería a un alfa.

Con sangre de Alfa - Camren Lauren G!P Where stories live. Discover now