Capitulo 12

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Cuando llegamos a la ciudad, Lauren estaciono el auto. Después de unos segundos se giró hacia mí con una pequeña sonrisa en su rostro.

-No quise asustarte, Camila- me dijo. Lo sabía. A pesar del temperamento de Lauren, ella se preocupaba por mí.

-Lo sé- sonreí tímidamente, -pero todavía no lo entiendo-. Hubo un momento de silencio entre nosotras hasta que Lauren suspiró profundamente y se pasó una mano por el pelo.

-No tuve una buena infancia, fue horrible-. Lauren hizo una pausa, un suave gruñido se deslizó por sus labios. Estaba enojada, pero más que nada, estaba herida. Lo vi en sus ojos.

Me acerqué y tomé su mano. Fue audaz de mi parte, pero me sentía más cómoda al tocarla después de aparearnos. Era extraño, pero antes no hubiera hecho algo tan atrevido. Lauren me miró brevemente, antes de acercar mi mano a sus labios y darle un suave beso.

-Solo quiero que todo sea perfecto, y para eso tenemos que seguir el plan-. Me dio una suave mirada -por favor di que lo entiendes.

-Lo entiendo- respondí, aunque no lo hiciera.

-Bien- asintió, antes de inclinarse y besar mis labios. Sonreí en el beso, nuestros labios se encontraron de una manera apasionada. Fue agradable besar a Lauren, se sentía tan natural para mí. Me ahuecó la mejilla, antes de profundizar el beso.

Cuando nos separamos, Lauren me sonrió. Esa sonrisa que amaba, la había visto tres veces ese día, y todavía no podía evitar quedarme sin aliento cada vez que la veía. No solo era hermosa cuando sonreía, sino que también se veía más joven, más feliz, más despreocupada.

-¿A dónde vamos?- Le pregunté, cuando salimos del auto y tomó mi mano.

-Al ayuntamiento- respondió.

-¿Para qué?

-Para hacer el Certificado de matrimonio- se encogió de hombros.

La perspectiva de firmar el certificado de matrimonio me asustaba, pero sabía que era inminente. El matrimonio no era importante en la comunidad de hombres lobo. Era una tradición humana, pero teníamos que hacerlo por razones legales. Significaba muy poco para los lobos, pero tenía que hacerse.

-Lo necesitamos para el tema de los seguros y demás- dijo.

Asentí con la cabeza.

-Tendré tu apellido?- Ya me había hecho una Jauregui cuando fui elegida, pero el matrimonio lo haría legal.

-Por supuesto- se burló Lauren, como si le dijera la cosa más ridícula del mundo.

Le sonreí, antes de dejar que me llevara a su lado. Automáticamente me recosté en su costado.

No nos tomó mucho tiempo firmar el certificado de matrimonio, no sentí nada diferente después de hacerlo. Nos habíamos sentamos frente a un ministro, solo era un hombre en traje que estaba sentado detrás de un escritorio. No hubo intercambio de votos, ni momentos románticos. Era una simple firma de documentos, no era la boda con la que todas las chicas soñaban. Nunca soñé con una, pero era diferente a lo que imaginaba.

-Aquí-, dijo Lauren, una vez que dejamos el Ayuntamiento y nos sentamos en un elegante restaurante  para comer algo.

Antes de que llegara la comida me entregó un anillo de bodas de oro, para demostrar que le pertenecía. Ella deslizó uno en su propio dedo, y luego empujó el mío. Encajaba perfectamente. Levantó mi mano a sus labios, y besó donde estaba el anillo.

Mientras comíamos, me aseguré de beber una pequeña cantidad de vino, no queria repetir lo que paso con mi último encuentro con el alcohol. Pedí pasta, mientras que Lauren tenía un sangriento filete. Hubo un cómodo silencio entre nosotras, las dos comíamos y ocasionalmente compartimos sonrisas.

Con sangre de Alfa - Camren Lauren G!P Where stories live. Discover now