02. INSOMNIO

296 21 0
                                    

El incesante llanto de las gemelas hacía que la pareja Couffaine estuviera despierta casi toda la noche. Tenían horarios para atenderlas, pero es difícil cumplirlos cuando durante tres noches seguidas no has pegado un ojo, aprovechando cualquier momentito para dormir. Aunque claro, el rato no duraba mucho.

—Mmms... Luka... —Removiéndose pesarosa entre las sábanas—. Las niñas, te toca...

—Pensé... que te tocaba... —Dando un largo bostezo.

—Eso fue antes de levantarme... por dos noches seguidas... —Espiró con cansancio—. Luka, las niñas...—Zarandeando al ojizarco bajo las mantas—. ¡Vamos!

El guitarrista se negaba a levantarse, refunfuñando bajo la tela y exasperando a su pareja. A medida que el llanto aumentaba, más se desesperaba la fémina.

— ¡Luka! ¡Levántate ahora mismo! —Prorrumpió hastiada—. ¡Amy y Katy están llorando! —Al ver que no respondía, se tomó el puente de la nariz con frustración— ¡Ridículo, absolutamente ridículo!

—Pero, Chloe —Gimoteó con pesadez, mirando el reloj—, son las 3:45 a.m., mañana tengo que trabajar... ¿Podrías encargarte por hoy?

La ojizarca bufó con molestia, sintiéndose abandonada por sus palabras. Se levantó con prisa para atender a las chiquillas, mientras que en un arrebato, lanzó la almohada hacia su compañero, sobresaltándolo de inmediato.

— ¡No eres el único que no ha dormido bien! —Vistiéndose la pijama con rapidez y frustración—. ¡Pero al menos, yo si cumplo con mi papel de madre! —Rebatió con furor, dejando la habitación.

Le molestaba tener que discutir así con él. Aunque su deber como madre era atender las necesidades de sus hijas, requería ayuda de vez en cuando. Trabajando en equipo, se alivian las cargas. Pero este no era el caso.

«Debí haber aceptado esa cita con Nathaniel...»

Admitía que su temperamento era fuerte, provocando que se enojara con facilidad. Los pequeños roces se convertían en enormes discusiones. Pero eso no significaba que le encantara discutir. Sólo... pasaba. Y no era que Luka no la ayudara. De hecho, era muy buen padre. Pero cuando necesitaba ayuda con las niñas y él no podía (o no quería), era la gota que colmaba el vaso.

«29 años, ama de casa, madre de dos gemelas, heroína de París, casada con un hombre que prefiere dormir a atender a sus hijas... ¿Algo más?»

La de apellido Couffaine se acercó a la cuna de las niñas, donde una pequeña de melena dorada y una niñita de cabello oscuro, ambas de orbes marinos, lloraban intensamente. Su fisionomía era idéntica, pero esas notables características las diferenciaban.

Chloe cargó a ambas nenas como pudo, sentándose en la mecedora, dándole pecho Amy, mientras que con su brazo libre, sostenía y mecía a Katy. Le resultaba incómodo y estaba cansada, pero no tenía opción. Tenía que apañárselas sola.

En eso, una criatura de rayas amarillas y negras apareció levitando frente a ella.

— ¿Estás bien, Chloe? —Inquirió la criatura preocupada.

—Podría estar mejor... —Ironizó con tedio—. Pero no puedo hacer nada al respecto...

— ¿Y Luka?

—Demasiado ocupado, durmiendo —Revoló los ojos, al imaginarlo descansando—, Y ahora, mamá tiene que hacerse cargo...

—Ou... Eso es muy lamentable, reina mía... ¿Puedo hacer algo para ayudarle?

La adulta rio tenuemente ante aquel adorable ofrecimiento. —Muy amable de tu parte, Pollen, pero... —Mirando a sus retoños—. Dudo que en esto, me puedas ayudar...

JULIO MULTISHIPP [Drabbles y oneshots]Where stories live. Discover now