21. PASARELA

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—Bien. Que pasen las jóvenes —Peticionó el mayor con formalidad.

Una jovencita de orbes celestes y larga cabellera rubia, enfundada en un vestido amarillo de sirena con escote en V, hizo su aparición en la pasarela, paseándose con pomposos andares, destilando soberbia y vanidad.

—No lo piensen mucho —Saludando como toda una diva—, Chloe Bourgeois ofrece el paquete completo... —Señalándose a sí misma, llena de orgullo.

El hombre, sin inmutarse en lo más mínimo, escrutó a la presuntuosa joven. Después de un largo chequeo, el de gemas grisáceas, levantó una mano, haciéndole señas para que se retirase, a lo que ella obedeció sin más.

—No la apruebo —Soltó una vez que ella se retiró—. Muy presumida, parlotea demasiado, responsable de la mayoría de mis akumatizaciones. Dudo que una joven así, sea la indicada para mi hijo. Sólo... apúntala como posible modelo para mi próxima línea de ropa femenina.

—Entendido, señor —Tachando a la rubia de la lista—. Prosigamos.

Al instante, una de melena castaña y profundos ojos olivo, engalanada con vestido negro de abertura alta y cuello recto, se apareció con una actitud entusiasta y alegre, que engañaría a más de uno con su apariencia de paloma.

—Hola señor Gabriel, ¿qué tal? —Saludó ansiosa, a lo que el asintió ligeramente—. Ya me conoce, soy Lila Rossi... Adoro su trabajo, es fenomenal... —Aduló, refiriéndose al vestido que traía puesto—. Sería diseñadora como usted, si no tuviera este esguince en mi mano izquierda, —Tomando su muñeca con falso pesar.

La italiana se paseaba con sensualidad, sin dejar que sus atributos pasaran desapercibidos. Aunque claro, esto no suavizó para nada las facciones de ambos adultos.

—Suficiente, Lila —Aclaró monocorde la del mechón rojizo—. Gracias.

—Son muy amables —Con una cara demasiado inocente para ser verdad—. ¡Adiós!

—Definitivamente no —Sentenció de cabellos blanquecinos—. No me convendría que Adrien estuviera cerca de una chica tan mentirosa y manipuladora. Aunque sigue siendo una excelente aliada a la hora de atacar a Ladybug y Chat Noir...

—Excelente criterio, señor —Tachando a la Rossi de la lista, pero marcándola con un punto rojo—. Continuemos...

Una tercera participante, de tez oscura y ojos castaños se apareció con un vestido voluminoso color naranja pastel, con un semblante abstraído, caminó directamente al frente, sin modelar.

—Buenas tardes, soy Alya Césarie —Saludó fugazmente con su mano, sin perder la cortesía—. Disculpen, pero soy la menos que debería estar aquí, ya que, por si no lo saben, tengo novio —Rascándose la nuca, con risa nerviosa—. Así que con su permiso, me retiro, gracias... —Girándose sobre su propio eje, alejándose con paso brioso.

Natalie solo se limitó a observar a su superior, que una fría mirada, le dijo todo. La tachó de inmediato en la lista.

—Siguiente.

Entretanto, una azabache de orbes pardos hacía su presencia frete a ellos. Usaba un vestido blanco ceñido al cuerpo, a la altura de las rodillas, cuello alto y estampado con flores de cerezo, haciendo alusión a sus raíces japonesas. Cada paso que daba, confiado, seguro y preciso, dominaba por completo la pasarela. Causándole una excelente impresión al mayor de los Agrestes, quedando maravillado con su natural soltura.

—No sabía que también modelaba, señorita Tsurugi —Expresó con una tenue sonrisa hacia la menor.

—Soy una chica de talentos ocultos, señor Agreste. —Afirmó con tenacidad.

JULIO MULTISHIPP [Drabbles y oneshots]Where stories live. Discover now