| 136 | Noah Centineo

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— ¿Eso es todo? No conseguirás nada así, Cara.

Le doy una mirada y sigo alisando mi vestido en color vino. Ya estaba lo suficientemente nerviosa para que mi hermana más pequeña hiciera de las suyas.

— Déjala en paz, Denah. Luce dulce y hermosa, es una buena imagen para representar en la segunda cita.— Brie, la mayor de nosotras, siempre ha sido la voz de la razón.

— No es que luche por representar algo en específico.— murmuro colocando un mechón de mi larga cabellera detrás de mi oreja.

— Con un vestido más corto y otro maquillaje podrías representar lo necesario para atraparlo, C.— ruedo los ojos y mis dedos comienzan a jugar con el dije que rodea mi cuello como siempre lo he hecho desde los cinco años.

— Todo estará bien, Cara.— mi hermana mayor me sostiene de los hombros y sonríe hacia mi.— Él es un pobre tonto si no sabe apreciar lo magnifica que eres.

Su collar en forma de B resplandece en su cuello y me hace sentir segura. Es una realidad que nuestra familia es cursi y muy unida; nuestros padres nos llamaron a mi y a mis hermanos con nombres que llevan por inicial letras juntas del alfabeto. Nuestro hermano mayor es Aaron, su gemela, Brie, es cinco minutos más pequeña. Cuatro años después, nací yo, Cara. Y por último, Denah, tres años después.

Suelto mi dije brillante en forma de C y asiento lentamente.

Conocí a un chico hace unos meses, está en mi clase de Economía en la facultad donde estoy tomando mi especialización en Negocios europeos. Es sencillamente el chico más lindo y atento con el que me he topado en la vida.

Habíamos hablado en ciertas ocasiones que principalmente se reducían en encuentros académicos y salidas con algunos amigos en común, hace unas semanas me invito a tomar algo después de clases. Me miro a los ojos en todo momento y tuve que pellizcar las palmas de mis manos para no besarlo esa misma noche.

Ayer me había invitado a dar una vuelta hoy por el centro de la ciudad, pero antes me llevaría a su restaurante de comida italiana favorito.

Estaba realmente ilusionándome muy rápido con él.

— No olvides llamarme por cualquier cosa.— Brie apunta hacia mi y hago un saludo militar hacia ella.

— O simplemente podrías decirle al sujeto que tienes un hermano mayor que es muy grande y fuerte y que no teme hacerle daño.— Aaron hace acto de presencia recargardo en el marco de la puerta mientras come un pastelito que seguramente robó de las pruebas de repostería que mamá hace a estas horas con sus amigas en la cocina de la casa.

— ¿Acaso eran trillizos y nunca me enteré? — se burla Denah, Aaron hace una bola con el papel que cubría a el pastelillo y se lo arroja a nuestra hermana menor.

— ¡Aaron, idiota! Me llenas de chocolate. ¿Podrías comportarte conforme a los 27 años que se supone que tienes?

Mis hermanos siguen su pequeña riña mientras tomo mi bolso y mi chaqueta.

— Los veo en la noche.— me despido saliendo por la puerta de mi habitación.

— Si es que regresas a casa esta noche.— Denah guiña un ojo hacia mi.

— ¡Hey! Claro que volverá, iré por ella de ser necesario.— ruedo los ojos mientras mi hermano sigue haciendo amenazas.

Salgo de la casa y voy rumbo al restaurante. Noah se ofreció a recogerme, pero lucia tan apresurado el día de ayer que le dije que estaba bien que yo me fuera por mi cuenta.

El restaurante efectivamente luce muy bien y me hace sonreír el pensar que este es uno de sus lugares favoritos. Entro y espero que Noah haya llegado, pero no está en ninguna mesa, así que me ofrecen una y me acomodo mientras me entregan el menú.

| one shoots |Where stories live. Discover now