°3°

16 3 6
                                    

Martha:
Le dio suaves golpes en la espalda para que no se ahogara, cuando vio que se encontraba mejor miró con disimulo al chico que no apartaba su mirada de otro paciente.

-¿Qué crees que tenga? -Le preguntó llevándose un trozo de carne a la boca.- ¿Obesesitivis?

Soltó una risa al inventar aquella palabra provocando que ahora fuera ella quien se ahogaba con la comida así que se dio golpes en el pecho.

.....

Tord:
-No deberías arriesgarte tanto. -Le dijo con suavidad dándole una sonrisa.- Hay oídos por todos lados, incluso si no lo parece.

Elisabeth

— Creo que era el síndrome de Münchhausen o algo así.

Comentó mientras le daba palmaditas en la espalda a su compañera de cuarto para que no se ahogara.

— Creo que oí algo cuando le estaban llevando.

Se llevó la otra mano a la barbilla y se la acarició.

...

Kira

— Tienes razón.

Sonrió un poco y besó sus labios por última vez. Se separó con cuidado y se aproximó a la puerta.

— Nos veremos en el comedor cuando vayas a comer.

Sonrió mientras salía, cerró la puerta de la celda con cuidado.

Martha:
-Joder... -Logró calmar su tos antes de seguir hablando.- ¿Por qué le permitirán socializar, entonces? ¿No es peligroso que se encariñe con alguien?

Jugó un poco con su comida, un poco nerviosa y aliviada por ese pequeño "descubrimiento".

-A veces me gustaría poder salir para refrescarme la cabeza. -Murmuró por lo bajo.

...

Tord:
Se despidió de la contraria mientras veía como se iba, dejándolo solo en aquel cuarto oscuro y mal cuidado; dio un suspiro tembloroso, había estado aguantando su ira hasta que ella se fuera. Se cogió por los pelos mientras se encogía en su lugar, daba pequeños gruñidos en su lugar, estaba peleando por no perder el control de su tranquilidad.

Elisabeth

— Supongo para que se controle o yo qué sé, se aloja en la zona verde.

Se encogió de hombros sin saber bien lo que decía, continuaba comiendo y viendo comer a aquel extraño de cabellos azabaches, entrecerró un poco los ojos.

...

Kira

No se había ido del todo, se ha Ia quedado en la puerta, al escucharle gruñir ahí dentro suspiró, dio un par de golpes suaves a la puerta y se fue a encender las cámaras de nuevo para asegurarse de que nadie descubría su visita secreta al paciente №69.

...

Mae

La mujer escasamente era liberada de su celda, se encontraba en una esquina de la habitación, encogida y mirando la puerta. Nadie pasaba por allí y tampoco iba a entrar alguien, los ataques de ira empezaron a ser más impredecibles de lo normal. Ya son contenerse mucho más, se puso de pie y se puso a golpear las paredes con fuerza haciendo un ruido que molestaría al que estuviera a su lado.

You Can't Escape From InsanityOù les histoires vivent. Découvrez maintenant