°26°

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Edd:

Conducía entre los árboles hasta que logró salir de allí llegando a una carretera. Pasaron horas hasta que lograron llegar a una ciudad.

•El demonio se había dormido abrazando al chico, apoyando su cabeza en el cuerpo del otro.

...

Mientras, en una parte muy alejada de ellos, aquella coneja que brillaba seguía a Ana dando botes.

Ana:

Seguía caminando aburrida a la espera de encontrar a alguien aunque vio a demás ayudantes descansando apoyados en los árboles.

-¿Qué hacen ahí tirados? -Preguntó colocando sus manos en jarra.

•El conejo dio un par de chillidos, intentando llamar la atención de Ana, saltando a su alrededor de manera emocionada. Se dirigió hacia los guardias y los miró fijamente, intentando despertarlos con el aura positiva que tenía.

Ana:

Dio un suspiro al ver nuevamente al conejo mientras que los demás parecían acariciarse la cabeza antes de levantarse por completo.

-Hay que volver al manicomio, vamos. -Dijo la de cabello rubio antes de dirigirse a una de las camionetas que había a un par de pasos más allá.

•El conejito corrió hacia Ana y, cuando ella abrió la puerta de una de las furgonetas, saltó dentro y se le quedó mirando fijamente, subiendo las orejas.

Ana:

Agarró con cuidado al conejito y se subió al asiento de conductor mientras esperaba que la gente reaccionara.

-Vamos, esto no es difícil decían -farfulló con algo de molestia pero no podía quedarse mucho tiempo enfadada por el aura del conejo.-; de acuerdo, de seguro que la jefa lo entenderá.

•Aixa sonrió en aquella forma animal que tomó y se acurrucó en su regazo, tranquilamente. Escuchó cómo los soldados se metían en las furgonetas

Ana:

Una vez que se subieron todo encendió el vehículo para luego conducir de vuelta al manicomio donde tendría que reportar lo sucedido ante la jefa. Tragó con fuerza por el miedo.

•El conejo intentó animarla desprendiendo un aura positiva pero sin distraerla de la carretera.

Ana:

-Habrá que pensar positivo... -Le acarició el lomo antes de seguir con las manos al volante.

Llegaron al edificio que estaba en reparaciones por las explosiones que hubo para la huida de los Buunerska haciendo que los pocos pacientes que quedaban fueran amontonados en la zona verde.

•El conejo miró lo que había sucedido; estaba feliz de que los seres hubieran salido de ahi.

Ana:

Salió de la camioneta con el conejo en la mano y vio como los demás también salían e iban hacer sus quehaceres mientras que ella le tocaba hacer un informe. Se metió dentro del edificio y caminó por la primera planta en busca de su jefa, Hannah.

•El animal movió un poco su nariz, olfateando los alrededores y bajando las orejas. Hannah estaba en su oficina, intentando calmarse tras la escapada de los pacientes más peligrosos del manicomio.

Ana:

Se movió de un lado a otro hasta localizar la puerta de la oficina donde tragó saliva con fuerza. Tocó tres suaves golpes en la puerta esperando no molestar a la mayor.

You Can't Escape From InsanityWhere stories live. Discover now