°19°

1 0 0
                                    

Martha:

La pequeña se encontraba en su habitación, miraba al techo en silencio evitando que Él apareciera de nuevo; no tenía ganas de tratar con esa sombra que la sigue por todos lados.

Eli

La miró de lado, se acercó y se tumbó a su lado, besando su mejilla con suavidad, tratando de llamar su atención y tranquilizarla.

Martha:

Sus ojos parpadearon un par de veces antes de volverse hacia su compañera más preciada.

-Hola. -Dijo con voz tonta soltando una risa.

Eli

— Hola

Respondió con cariño, enredando su cuerpo en el de la otra cuidadosamente.

— ¿Qué pasa?

Martha:

Se acurrucó contra el cuerpo de la contraria con cuidado de no molestar. Tardó unos segundos en responder.

-No... Bueno, es solo que espero que Él no se entrometa aquí.

Eli

Asintió en silencio y le besó la mejilla de nuevo, su cálido abrazo no tardó en aparecer y le acarició la espalda

Martha:

Correspondió al abrazo con cuidado mientras daba un pequeño suspiro, otros pensamientos no tardaron en aparecer en su pequeña mente.

-¿Crees que nos buscaran?

Eli

— Sí, pero dime cómo nos encontraran en un lugar así.

Rió con suavidad y le acarició la mejilla

Martha:

Soltó otra risa al escuchar aquello, la miró con cierto brillo en los ojos.

-Pero aún así, me preocupan los demás, están en la Tierra...

Eli

— Y a mí también...

Le besó la mejilla con cuidado, la siguiente cosa que hizo fue pensar en sus amigos del manicomio y pensar si estarían bien

Martha:

Se quedó jugando un poco con la tela de la camiseta de la otra con suavidad, pensando en si tal vez, deberían volver y ayudar a sus amigos.

•Entonces en la habitación entró la que mes acogió en su tierra natal, Bai'Rai, acompañada de Baa'Bnig, que venían a ver a las niñas y a enseñarles un poco aquella lengua extraña.

Martha:

La pequeña se levantó con cuidado dejando de abrazar a su compañera pero mantuvo su mano sobre la de la otra.

-¿Pasa algo? -Preguntó preocupada.

•— No, Sólo pasamos a ver cómo estabais.

Bai sonrió un poco y Baa las miró, inclinando la cabeza, parecía Tranquila con verlas a salvo y fuera de aquel infierno

Martha:

-Nos encontramos bien... -Dijo con una pequeña sonrisa aunque al final hizo una mueca preocupada.

•— Y también pensábamos que podríamos presentaros a la gente del pueblo y enseñaros cómo hablar.

Habló ahora la de piel blanca.

You Can't Escape From InsanityWhere stories live. Discover now