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Martha:

Se despertó en su lugar, había tenido la sensación de que no debería estar ahí y aunque la sentía todo el rato, esa vez era más fuerte pero se quedó quieta. Sentía la suave brisa de la mañana entrar por la pequeña ventana que se podían permitir en aquel lugar. Se acarició las mejillas antes de poder de sentarse al borde de su cama, su mirada se desplazó del suelo hacia donde se encontraba su compañera de "cuarto" que se trataba de Eli.

• Elisabeth también pareció despertarse, sintió como si no deberían de encontrarse ahí, era extraño. Miró alrededor confundida y después posó su mirada sobre Martha, antes de hablar algo confundida.

— ¿Es cosa mía o siento que no deberíamos de estar aquí? —Preguntó, levantándose de la cama y mirando la celda.

Martha:

-Todo se siente tan confuso -colocó su mano en su cabeza.-, me siento mareada...

• Asintió levemente antes de acercarse a la otra, abrazándola ya que sentía un extraño frío.

Martha:

Se abrazó a ella cubriéndo a la otra como podía con sus brazos.

-Hay que aguantar, eso es todo... -Susurró a su oído .

• Asintió suavemente antes de dirigir su mirada hacia otro lado; sintió que habían salido de ese lugar, pero ahora... ahora no sabía si fue un sueño o no.

— Veremos si hay algo que pruebe que ha pasado algo raro...

Un guardia pasó cerca de su celda para sacar a los pacientes de sus celdas y llevarlos al comedor para que tomaran el desayuno. Al abrir la puerta, miró a las jóvenes.

— Buenos días. —Dijo con una sonrisa el nuevo guardia, mirándolas.

Martha:

Dio un suspiro apoyando su cabeza en el hombro de la otra mirando hacia adelante, al menos hasta que escuchó cómo le abrían la puerta. Se volteó para mirar al guardia.

-Buenas.

• Sonrió y tomó las manos de las jóvenes, sacándolas de la celda y dirigiéndolas hacia el comedor, donde ya se encontraban muchos de los pacientes de la zona verde.

Martha:

Una vez que llegó al comedor miró a todas las personas que habían encerradas allí, obligadas a seguir una misma rutina. Caminó hasta llegar a una mesa vacía para esperar a que la persona encargada de la comida llegara al fin.

• Elisabeth se sentó a su lado y se quedó ahí, esperando a que algo sucediera. Pronto, vino un encargado y les entregó unas bandejas con comida y les deseó que les gustara la comida; había mucha gente nueva trabajando ahí. La castaña suspiró y miró su plato, dudosa de si deberían comer.

Martha:

Empezó a comer en un silencio amargo, aún no se había ido aquella sensación. Miró de soslayo a la contraria que aún no tocaba su plato.

-¿Te encuentras bien?

• — No; siento como si... como si hubiéramos saboreado la libertad, y hasta recuerdo el plan de Tom, pero... no recuerdo nada más allá de cuando salimos del manicomio... ¿Quizás nos volvieron a meter?

Martha:

Tuvo la sensación de lo que hablaba la otra había pasado, pero cómo asegurarse si estaban metidos allí.

-¿Le preguntamos a los chicos? Si salimos, tal vez tengan la misma sensación que nosotras...

• Asintió, metiéndose algo de comida en la boca, masticando y pensando en lo que podía haber pasado; era como si hubieran hecho un salto en el tiempo pero se acordaran de nada.

You Can't Escape From InsanityWhere stories live. Discover now