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•El día de la fuga de los Buunerska se acercaba, sólo faltaba una mísera semana para el invierno. Como todos los días, los pacientes de la Zona Verde salieron de sus respectivos cuartos acompañados de guardias, estaban impacientes por la realización del plan, aunque algunos temían que saliera mal, como Víctor, que el pobre había tenido una crisis existencial al darse cuenta de que ni siquiera era humano.

Martha:

Casi todos los guardias parecían estar "tranquilos" aunque no dejaban de vigilar a todos. Cuando llegó al comedor se fue corriendo a donde estaba su antigua compañera.

-¡Eli! -A pesar de que se veían cada vez que iban allí se impacientaba por ella.

Elisabeth

— ¡Martha!

Exclamaba a la par que corría para darle un abrazo, le pasaba prácticamente lo mismo que a la contraria. Cuando las dos estuvieron sumidas en un cálido y acogedor abrazo, susurró algo a su oído, antes de darle un beso en la mejilla.

— Falta una semana.

Murmuró, haciendo referencia a «La gran huida», como le decía ella.

Martha:

La pequeña asintió a la par que se acomodaba en aquel bonito abrazo que tenían.

-Me alegro de volver a verte. -Le dijo separándose con suavidad y le daba una sonrisa.

Elisabeth

— Yo también...

Respondió mirando a la contraria y conteniendo las ganas de amputarse una mano, porque sí, todavía no lograba hacerlo del todo bien.

Martha:

-Venga, vamos a sentarnos. -Le acarició la mano antes de comenzar a caminar en dirección hacia la mesa donde acostumbraban a comer.

No pudo evitar mirar al dúo que antes solía ser un trió, Edd y Matt se encontraban sentados juntos y se podía notar la pena en sus rostros. Hizo una mueca ante aquello.

Elisabeth

Hizo una pequeña mueca al ver a aquella pareja que antes era un trío; Tom lo hizo por una buena causa, así que no debían de preocuparse demasiado. Una vez sentadas en sus sitios, suspiró.

— Espero que todo le vaya bien a Tom...

Martha:

-A veces me preocupa, lo escucho reír en la noche y bueno... -Dio un pequeño suspiro.- Espero que se apiaden de él...

Se recostó en su sitio sin dejar de mirar a la contraria, se sentía bien cuando estaban juntas.

Elisabeth

Se limitó a asentir en completo silencio, mirando ahora al de cabellos azabache, ni siquiera comiendo, mirando abajo.

— ¿Crees que Mark está bien?

Preguntó con suavidad.

Martha:

-A veces le escuchó llorar, o eso parece. -Le respondió con la misma suavidad.- Me da pena, a veces me dan ganas de llevarlo junto con Tom pero... Recuerdo qué enfermedad tiene y me temo lo peor...

Elisabeth

— Creo que al estar separado de él tanto tiempo lo ha empeorado...

You Can't Escape From InsanityWhere stories live. Discover now