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Chica de las cámaras:

Alzó una ceja mientras levantaba la vista para mirarle a la cara.

-¿Por qué tan amable de repente? No me quejo es solo que...

𝔼𝕤𝕜𝕠

— De alguna manera hay que empezar una relación amistosa si quieres apuñalar a alguien por la espalda. No es a tí, por cierto. —Le guiñó el ojo.

Chica de las cámaras:

Lo contempló en silencio sin aún entender sus razones pero dio un suspiro.

-¿Y cómo se supone que juegue con las manos atadas?

𝔼𝕤𝕜𝕠

— Te desataré, pero antes dime tu nombre. —Inclinó su cabeza suavemente y miró a la chica.

Chica de las cámaras:

-Ummm no creo que se considere un nombre pero bueno, -se encoge de hombros.- soy Chicamiss.

𝔼𝕤𝕜𝕠

El finlandés sonrió y la desató con cuidado.

— Yo soy Esko, como antes dije.

Chicamiss:

-Un gusto supongo. -Da una risa levemente nerviosa mientras se quitaba las cuerdas de encima.

𝔼𝕤𝕜𝕠

— Siento lo que ha hecho Delta contigo, no es por nada especial.

Chicamiss:

-Sé que es para ayudar a esos chicos. -Dio un suspiro en su lugar levantándose de su sitio.

𝔼𝕤𝕜𝕠

— Ellos son un extra de la misión, no mentiré. —Esko rió suavemente y se sentó en el suelo, a un medio metro de la chica.

Chicamiss:

-¿Entonces? ¿Por qué estáis aquí? -Movió su silla con cuidado antes de recoger el vaso que había tirado en el suelo.

𝔼𝕤𝕜𝕠

— Oh, ¿tú no sabes lo del sótano?

...

Delta

La mujer se había encargado de los guardias y los dejó inconscientes para que no les molestaran. Miró a Martha y sonrió levemente.

— Los sacaremos a todos, no temas.

Chicamiss:

-Um algunos lo teorizaban pero nunca lo supimos -farfulló por lo bajo antes de hablar en voz alta de nuevo.-, venís por el sótano.

𝔼𝕤𝕜𝕠

— Por lo que hay dentro. —El de cabello castaño sonrió levemente y acarició la mejilla de la contraria.

Chicamiss:

-Eso seguro, dudo mucho que alguien quiera el sótano en sí -dio una risa nerviosa y se separó para dejar el vaso nuevamente en la mesa.

...

Martha:

La pequeña asintió aunque un poco atemorizada por lo que pasaba a su alrededor pero tenía que mostrarse fuerte.

You Can't Escape From InsanityWhere stories live. Discover now