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•Los pacientes habían salido del manicomio de nuevo, ahora cada uno estaría en donde le apeteciera. Oh, espera... Kira y Tord no.

La furgoneta se detuvo en seco y sacaron a los dos amantes de ahí, llevándoles dentro de un edificio.

Tord:

Farfullaba cosas en noruego por lo bajo mientras miraba de vez en cuando a Kira.

•La castaña le miró preocupada, mientras que les separaron para llevarles a dos habitaciones distintas.

Tord:

Seguía mirando a su alrededor, buscando algo que le pudiera ayudar en cualquier ámbito.

•Los dos estaban en celdas, pero no como en el manicomio, en celdas que más bien parecían para animales. La mujer suspiró mientras que buscaba alguna manera para salir de ahí antes de que le volviera a pasar lo de antes.

Tord:

El noruego miró a su alrededor, a través de aquellas celdas para animales preguntándose qué demonios hacía Hannah antes del manicomio; aquello le resultaba vagamente familiar cuando solía usar armas biológicas para su armada aunque la mayoría acababa muerta.

•— ¿Tord? —Llamó la mujer, preocupada por el estado del noruego; sabía lo que era capaz de hacer su jefa, y joder, no le gustaba nada.

Tord:

-¿Kira? -Le pareció haberla escuchado llamar su nombre aunque no estaba seguro.

•— Tord, ¿estás bien?

La castaña se acercó a los barrotes y habló, intentando averiguar dónde estaba el chico.

Tord:

-Yo estoy bien, ¿qué tal tú? ¿Te han hecho algo? -Siguió hablando sin dejar de mirar a los alrededores además de buscando si había cámaras en aquel lugar.

•— No me han hecho nada, todavía... —Escuchó unos pasos acercarse a ella y, al ver que se trataba de Hannah, tembló y se pegó al fondo de la celda. — ¡Aléjate de mí!

Tord:

Al escuchar aquello se exaltó e intentó levantarse aunque acabó de rodillas con la cabeza gacha, se acercó como pudo a la entrada de la celda antes de intentar empujar esta.

•Hannah agarró con fuerza a la castaña y se la empezó a llevar, pasando por delante de la celda del noruego.

— Esta vez no cometeré el mismo error.

Se le escuchó murmurar; seguramente se iba a asegurar de que Kira no era capaz de hablar con el cuerpo de un lobo.

Tord:

-¡DÉJALA! -Gritó enfurecido sin dejar de empujar, aunque sabía que no iba a ceder lo seguía intentando.

Se detuvo tajante mirando un momento a las barras del suelo.

•La castaña intentaba zafarse del agarre, pero simplemente no lo lograba. La metieron en un contenedor de metal en un lugar más alejado y lo bloquearon. Eso le iba a doler. Hubo silencio unos momentos, pero después de eso ella chilló por el dolor.

Tord:

Al escuchar los chillidos sintió como si la cadena se rompía de su cuello. Gruñó enfadado mientras sus manos se separaban de la otra rompiendo la cadena de las esposas, jadeó cogiendo las barras de aquella ridícula celda empezando a separarlas con algo de lentitud haciendo que chirriaran.

You Can't Escape From InsanityWhere stories live. Discover now