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• Aixa se acercó un poco a la joven humana con la que se encontraba, suspiró y la abrazó con cuidado, lo necesitaba.

Ana:

Correspondió al abrazo con cariño y apoyó su barbilla en el hombro de la contraria.

• Ella le acarició con cuidado la espalda, mientras que Loys se acercaba por la espalda de la diosa.

Ana:

Miró al dios y se levantó agarrando entre sus brazos a Aixa.

• Aixa se dejó coger y no miró a Loys, ella sabía que él se había estado acercando. El dios tenía una apariencia completamente; sus ojos azul oscuro se clavaron en Ana.

- Lo siento, moi fayatse...

Ana:

No supo a qué se refería exactamente pero se alejó del dios sin soltar todavía a Aixa.

• El de cabello oscuro dio unos pasos hacia delante, intentando mantenerse a una distancia de ellas dos.

- Suéltala.

Ana:

Abrió la boca para preguntar algo pero se corrigió al hablar.

-No puedo.

• Dio unos pasos más para acercarse.

- Suéltala. -Repitió de manera agresiva, viendo que la diosa se agarraba con fuerza a Ana.

Ana:

-No. -Su voz tembló y siguió retrocediendo.- Si ella quiere que la suelte lo haré, pero no por ti.

• Soltó un gruñido leve pero agresivo. Esa forma humanoide dejó salir unas orejas puntiagudas de su cabeza y su larga cola peluda.

- He dicho -Empezó a sacar algo filoso de su manga. - que la sueltes.

Ana:

Se mantuvo firme aunque temerosa sin dejar de retroceder.

-He dicho que no.

• Aixa empezó a temblar un poco al escuchar la discusión; sabía cómo iba a acabar, lo sabía demasiado bien.

Ana:

Siguió retrocediendo sin dejar de mirar al dios, sabía las posibilidades que había y sabía que eran muy pocas en las que podría sobrevivir; y aún así, no soltó a Aixa.

• Loys bajó las orejas y se acercó hasta que se encontraba a dos metros de ellas dos.

- Esta es mi última advertencia.

Ana:

-Lo sé. -Jadeó por lo bajo antes de echar a correr entre los árboles, sabía que no podía escapar pero tenía que intentar.

• No iba a dejar que esa humana escapara con la pequeña Aixa, no señor. Loys se puso a perseguirla con rapidez, no haciendo ruido con sus pasos.

Ana:

Seguía corriendo teniendo cuidado de que Aixa no cayera o sintiera alguna molestia, intentaba respirar simplemente por la nariz aunque a esas alturas ya se estaba esforzando mucho.

• No tardó en atraparla y apartar a Aixa de ella. Tiró a Ana al suelo y amenazó con abrirla en canal con aquella arma afilada que había sacado antes. Aixa, en ese momento, recordó algo.

- ¡Fuiste tú, Loys! -Chilló dolorida, haciendo que el atacante se detuviera y se girara para detenerla.

- Yo... Yo l...

You Can't Escape From InsanityWhere stories live. Discover now