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•Las extrañas criaturas volvieron a sufrir cuando la temperatura subió a los "agradables" 24 grados, tuvieron que tratar no desmayarse para evitar su muerte.

Tom y Martha tuvieron muchísima suerte, pudieron regresar a sus celdas antes de que alguien les pillase.

Martha:

Se metió con prisas en su "cuarto", cerró la puerta detrás suya para luego apoyarse mientras respiraba de manera agitada por la carrera.

-Joder... -Susurró dejándose caer al suelo mientras cubría su cara con sus manos.

•Un guardia pasó a revisar las celdas, pasó por la de Martha y Elisabeth, comprobó que las dos estuvieran allí y la cerró. Lo mismo pasó con la de Tom, ahora volvían a estar en cautividad y bajo vigilancia atenta de la que controlaba todo aquello.

Martha:

Se alejó de la puerta cuando aquel guardia lo abrió para ver si se encontraban ahí, se sentó en su cama con un amargo sabor de boca. Una mueca se hizo presente en su cara, miró de reojo a su compañera esperando a que no se diera cuenta de su comportamiento.

•- Ey, ¿Estás bien?

Preguntó, girando su cabeza para ver a su compañera, había tardado más de lo normal que cuando iba al baño.

Martha:

-... -Aún no había terminado de procesar lo que había ocurrido con anterioridad.- Yo... Te has preguntado una vez si... Si alguna persona ocultara algo malo.

•- ¿Sinceramente? Sí. Desde el incidente en el que casi muero... Pues nunca sospeché de la hermana de la jefa de este lugar.

Se sentó en el borde de la cama, mirando a Martha. Pareció levantar su camisa un poco, tenía una cicatriz en el vientre.

- ¿Quién diría que ella era una psicópata?

Martha:

Dio un suspiro antes de especificar mejor la pregunta.

-Me refiero, actualmente. -Se rascó el brazo con nervios.- ¿Confías en la jefa de aquí?

•- Hmm. No.

Se encogió de hombros y miró a la contraria.

- Ay, mamá, ¿por qué?

Martha:

Se quedó mirando sus alrededores, aunque no había ninguna cámara a la vista existía la posibilidad de que estuvieran ocultas. Se levantó de su sitio para poder sentarse al lado de Eli.

-Fui al sótano. -Le susurró lo más bajo posible.

•Abrió los ojos como platos, miró a los lados y se movió un poco, apartándose de los micrófonos ocultos y cámaras. Tomó aire.

- ¿Qué? ¿Cómo?

Martha:

-Me llevó Tom -le susurró con cuidado.-, el chico de las cuencas, decía que Zetrah le avisó o quien sea.

•- Perdona que lo diga, pero... Resulta difícil de creer, no hay sótano y no podemos bajar.

Alzó una ceja, mirando a su compañera.

Martha:

-Tienes que creerme. -Le cogió del brazo con suavidad.- Hay un sótano, lo he visto con mis propios ojos, habían unas criaturas ahí encerradas, las mantienen para algo y las tenemos que sacar.

You Can't Escape From InsanityWo Geschichten leben. Entdecke jetzt