Love of my Life

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Crowley le había insistido tanto en ir al concierto de esa banda que tanto le gustaba que al final terminó cediendo, rogando para sus adentros que no fuera nada demasiado satánico. La música de rock no era lo suyo pero, si para Crowley era tan importante... el demonio lo pasó a buscar y su entusiasmo era evidente y contagioso: llevaba una playera negra con grandes letras doradas que decía QUEEN, pantalones ajustados y el cabello con gel para que estuviera parado en todas direcciones. Era evidente que había invertido tiempo en su look.

-Oh, ángel, ya verás, te va a encantar Queen. Hay tanto amor en sus canciones, tanta poesía, que hasta alguien como yo se sintió conmovido y sabes que eso no pasa con frecuencia.

-Sí... supongo que será divertido- dijo esbozando una sonrisa que ocultaba su temor. Crowley se quedó satisfecho y con eso le alcanzaba, pero lo cierto es que, hasta que no hubieron llegado al estadio y ubicado en sus lugares, no se calmó del todo. Entonces la banda salió al escenario y ya desde los primeros acordes se sintió en otro mundo.

Crowley tenía razón: aquello no era un rock satanista y estridente, era un verdadero arte. Con sorpresa se encontró prestando más atención al escenario que a su amigo, siendo que al principio dudó de poder disfrutar algo. Pero lo hizo. Crowley lo miró de reojo durante la interpretación de Love of my Life y se sorprendió de verlo lagrimeando, con una mano en el corazón y la otra temblando. Nunca creyó que vería a Aziraphale llorando por una canción, y con gran ternura le apretó la mano libre para brindarle su apoyo. Zira se sobresaltó un poco y trató de ocultar sus emociones, pero fue en vano.

-Es una letra tan triste, pero a la vez tan hermosa- se justificó limpiándose las lágrimas con un delicado pañuelito.- Yo no sabía que era así.

-¿Y te gusta?- preguntó acercándose más a él para poder oír la respuesta.

-Sí, me gusta mucho.- Se rió nervioso y aplaudió el final de la canción como todos, ansioso por oír la siguiente. Crowley, sin embargo, descubrió de repente que tomar la mano de Zira y rodearlo por los hombros era más interesante que oír el concierto. El ángel era tan bonito y vulnerable... por el resto de sus días le encendería una vela a Queen para agradecerles que lo hubieran dejado ver a su ángel en su momento más dulce.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Where stories live. Discover now