Uno de nosotros

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He notado que cuando se menciona el shippeo de Adam y Warlock, muchas personas sienten inquietud por tratarse de chicos de once años. Preocupación válida, admito. Una cosa es shippear chicos de manga y animé y otra es chicos reales (actores). Pero vengo a demostrarles que, si se quiere, se puede hacer con pureza, respeto e inocencia. El shippeo no siempre se basa en sexo, puede ser algo amistoso y dulce.

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Los Ellos habían montado una de sus habituales reuniones en el bosque, con cantidad de comida y revistas prestadas por Anathema. Iban a debatir los grandes misterios del mundo, tras que Adam les asegurara que ya podía controlar sus poderes.

-El señor Aziraphale y el señor Crowley me han ayudado mucho a mantenerme estable, así que no hay riesgo. Podemos hablar tranquilos de cualquier cosa, no haré estallar nada ni atraeré alienígenas malvados por accidente.

-¡Qué lástima!- opinó Brian abriendo una bolsa de papitas.- Sería divertido conocer unos marcianos de verdad o algo así.

-¿Por qué?- cuestionó Pepper mirándolo irritada.- Los humanos no pueden consigo mismos, ¡menos podrían con la presencia de marcianos!

Adam rió divertido y empezó el debate, sin advertir la presencia de otra persona en el bosque. Generalmente nada se escapaba a su agudeza, pero desde que evitara el armagedón hacía lo posible por no abusar de sus poderes. El que si lo notó fue Perro, quien empezó a ladrar furiosamente a unos árboles que lindaban con el territorio de los Ellos e hizo que Pepper se levantara y exigiera:

-¡Si hay alguien espiando, sal ahora mismo! ¿Qué no te enseñaron modales en casa?

Un ruido de pisadas precedió a un chico como de su misma edad, de cabello negro, ojos claros y expresión adusta. Adam se acercó y notó que tras su frialdad había curiosidad, y algo de temor, como si se sintiera incómodo al haber tropezado con un grupo de extraños en alegre reunión. Ignorando la mirada asesina de Pepper hacia el intruso, él le tendió la mano y lo saludó con simpatía.

-¡Hola! Yo me llamo Adam. Y estos son mis amigos: Pepper, Brian y Wensleydale. ¿Tú cómo te llamas?

El chico pelinegro dudó, pero terminó contestando igual.- Warlock. Warlock Dowling.

-No eres de por aquí, ¿verdad? Nunca te había visto en el pueblo.

-No, no lo soy. Mi padre me trajo a Inglaterra por trabajo... y dijo que viviremos aquí un tiempo.- Eso parecía tener mucho que ver con su rostro melancólico, y Adam pensó que no debía ser divertido que te alejaran de tu hogar y tus amigos. Decidido, se volvió hacia los otros y preguntó:

-Oigan, ¿les molesta que Warlock se una a la reunión?

-¿Ehh?- musitó Warlock abriendo mucho los ojos, estupefacto, mientras Adam lo guiaba a su refugio y le ofrecía asiento. El anticristo, con una sonrisa muy dulce, dijo:

-Oye, no tienes que vagar por el bosque solo, es peligroso. Pero si te quedas con nosotros quizás puedas divertirte, y olvidar que estás en un país extraño. ¿No crees?

-Yo... bueno... supongo que debo darte las gracias...

Adam tomó asiento en su trono y lo puso al corriente, de buen ánimo.- Ya eres uno de nosotros, Warlock. Ahora escucha: vamos a intentar sacar el mayor provecho de estas revistas. Primera nota: ¿cree usted en la existencia de los ángeles y los demonios? Cinco pruebas de que son seres reales y viven entre los humanos.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora