Peach Lip Gloss

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El maquillaje era horrendo, un desperdicio de vanidad humana. Beelzebub hizo el esfuerzo de acompañar a Zira de compras porque eran amigos, pero de plano consideraba absurdo que comprara polvos faciales para lucir más suave para el idiota de Crowley.

-Eres un maldito ángel, Aziraphale. Ya eres lo bastante suave. ¿Para qué comprar esos horribles objetos humanos?

-Pues porque me gusta arreglarme un poco... sé que la vanidad es pecado, pero no puedo evitarlo. Además, un poquito de maquillaje no hace daño a nadie.- Lo miró con cariño.- Tú mismo pasaste por un salón de belleza cuando aquella cita con Gabriel.

-¡Tú me arrastraste ahí!- protestó el príncipe demonio indignado.

-Es igual. Saliste precioso y tú estabas feliz, Beel, así que trata de no ser tan duro. Mira: ¿qué te parece si te pruebas esto? Apuesto a que te quedaría muy bien.

-¿Brillo labial de durazno? ¿Me estás tomando el pelo o qué?- preguntó con los ojos en blanco mientras Zira lo arrastraba ante un espejo para que se pusiera el brillo.

-Tienes rasgos muy bonitos, Beel. Trata. No dejes que tu orgullo te impida probar cosas nuevas, además... Sé de buena fuente que a Gabriel le gustan los duraznos.

Beelzebub enrojeció. Si Zira no fuera su amigo, ya lo habría rostizado como a un pollo. Pero como era su amigo, tragó saliva y decidió hacer caso a su sugerencia.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Where stories live. Discover now