Bella Mariposa (tercera parte)

661 112 11
                                    


Beelzebub se quedó parado en medio de su oficina sin saber que hacer, con el enorme ramo de rosas en las manos. Gabriel se hizo cargo de la situación y lo ayudó a sentarse en un sofá verde descolorido, y después arregló la pared corroída con un milagro. Para entonces Beel ya había recuperado el habla.

-¿A qué viniste? ¿Cómo te atreves a pisar mis dominios con este regalo tan cursi?- inquirió ofendido, pero sin dejar de olfatear las rosas con rostro sonrojado. Le encantaban las flores negras y más si estaban marchitas como esas, pero no quería mostrar debilidad ante el arcángel. Gabriel, sin amilanarse, contestó:

-Vine a componer las cosas contigo, Beel. Las rosas son una muestra de mi respeto. Lo que quiero hacer en verdad es invitarte a cenar, pero está vez no sería por trabajo. Quiero que tengamos una cita como debe ser.

-¿Una cita?- repitió el demonio poniéndose todavía más rojo por la vergüenza y la ira, pero más por la vergüenza. Gabriel estaba realmente atractivo con un traje gris claro y corbata de seda lila, y sus malditos ojos que iban del azul al violeta y brillaban como estrellas. No sabía cómo negarse sin sonar hipócrita, y al final el propio Gabriel sentenció:

-Beelzebub, te prometo que está vez será diferente. Haré las cosas cómo deben ser. Y, si falto a mi promesa, deja de hablarme para siempre. Lo aceptaré como un castigo justo por mis errores.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt