Buenos Momentos (GO Drabbles)

Sol y Luna

(AU ambientado en un mundo dividido en dos reinos: el del Sol y el de la Luna. La guerra los separa, pero la boda entre el príncipe Crowley del Sol y el príncipe Aziraphale de la Luna podrían unirlos de nuevo para siempre).

................................................................................................................................................................

-Madre... ¿es en serio?- exclamó el príncipe Crowley incrédulo.- ¿De verdad me estás diciendo que han arreglado mi compromiso sin preguntarme?

-Hijo mío, lamento profundamente que haya tenido que ser así- contestó su madre, la reina Belcebú.- Pero estamos haciendo lo que es mejor para el reino, incluyéndote.- Suspiró y empezó a explicarle a fondo a su hijo la necesidad de aquella apresurada boda.- La guerra contra el Reino de la Luna ha durado ya cincuenta años, cincuenta largos años, durante los cuales hemos sufrido innumerables bajas y muchas pérdidas irreparables. Muchas personas han nacido y crecido viendo esto como normal, pero no lo es, no debe serlo. A la larga, esta enemistad nos destruirá a todos. ¿Lo entiendes?

-Sí... ya sé que la prioridad es terminar con el conflicto de la forma que sea, pero... ¿casarme con el príncipe de la Luna?- inquirió descorazonado Crowley, apretando con fuerza la tela de su abrigo.- No lo conozco, no se nada de él, ¿cómo se supone que unirnos ayudará en algo?

-El príncipe Aziraphale es el heredero de su trono, un joven de la más pura sangre real. Si ustedes se casan, tu padre y yo podremos firmar un tratado de paz con la reina de la Luna, y ambos bandos deberán respetarlo. Nadie del sol los atacaría, y nadie de la luna nos atacaría, pues ahora estaríamos unidos por lazos de sangre. Tu casamiento, hijo, es la clave de la paz para todo nuestro mundo.

Crowley se sintió acorralado, pues la lógica de su madre era innegable. Si casarse con el príncipe Aziraphale traería paz a todo el mundo, ¿cómo negarse a ello? Pero, por otra parte, solo tenía diecisiete años y ni siquiera le conocía la cara a ese joven. No estaba seguro en lo absoluto de poder hacerlo.