Cuando quieras.

1K 187 37
                                    


Era una perfecta tarde de sol, con un cielo brillante y sin una nube. Zira y Crowley habían tenido una cita maravillosa en la ciudad, y ahora recorrían el parque de la mano y sin apuro. Algunos los miraban con suspicacia, pero no les importaba, porque estaban en su mundo. Poco antes del atardecer, Crowley compró un helado de crema para su novio y se sentaron en una banca a relajarse un rato antes de volver a casa. 

-¿Quieres un poco, Crowley? Está bueno.

-Gracias, pero es para ti, querido. Disfrútalo tranquilo.

Zira sonrió y comió un poco de su helado, observando como un grupo de niños paseaban en bicicleta y llenaban el lugar con sus risas. Con ternura pensó en Adam y le propuso a su novio:- debemos traer a Adam la próxima vez. Hace tiempo que no estamos los tres juntos.

-¿Lo extrañas, ángel?

-Claro. Es un niño tan maravilloso, tan inteligente y simpático. Da gusto cuidar de él.

-Tienes un instinto maternal muy fuerte, sabes.

-¿Mater...? ¿Qué cosas dices, Crowley?- replicó Zira poniéndose rojo de la vergüenza, pero Crowley no se retractó y hasta le pasó un brazo por los hombros para atraerlo hacia sí.

-Sí, puedo verlo con facilidad cuando estás cerca de Adam y sus amigos. Tienes una paciencia y un cariño muy especial para cuidar niños, así que creo que serías una excelente madre.

-¿Por qué yo sería la madre de un niño, a ver?- exigió fingiendo enojo para ocultar su turbación. Crowley sonrió y le dio un beso en la mejilla.

-Porque yo sería el padre. Así que ya sabes, cuando quieras empezar una familia y tener muchos niños propios, me lo dices y empezamos a hacerlos enseguida.

Zira se quedó sin habla, rojo y con una parte de su helado goteando sobre su abrigo. La imagen mental que Crowley había despertado en su cabeza era demasiado hermosa como para olvidarla fácil.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora