Carta Secreta (tercera parte y final)

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Zira acudió al restaurante con su mejor ropa, sonriendo con una timidez y una dulzura increíbles. Llevaba con él un manuscrito nuevo de Fluffy Angel, más corto, pero lleno de renovada pasión. Serpiente Negra le había aconsejado que no se dejara humillar por un amargado como el tal Gabriel y que lo intentara de nuevo, y hasta le había ofrecido una recomendación en la editorial Lilith en donde tenía contactos. Lo único que le pedía a cambio era que le dejara leer primero la obra.


No tienes que hacerlo si no quieres, pero realmente amaría poder decir que fui el primero en leer tu obra terminada. Siempre tuyo, Serpiente Negra.


"Claro que puedes", había dicho con entusiasmo. Le llevaría el manuscrito al camarero Crowley y éste a su vez lo llevaría a su admirador secreto, pero... ¿y si seguía a Crowley para conocer de una vez por todas a Serpiente Negra? Quizás no debería ser tan impaciente, pero realmente quería conocerlo. Ver a los ojos al hombre que le devolviera la fe en sí mismo.


-Adiós, Crowley. Mañana regresaré por el libro, ¿bien?


-Pierda cuidado, señor Fell, mañana sin falta lo tendrá de vuelta.


"Cielos, este lugar... ¡es muy tétrico!" pensó al seguir al camarero por unas calles oscuras y poco transitadas, que sin embargo le ponían los pelos de punta. ¿Por ahí vivía su admirador? Lo siguió un poco más y lo vio sentarse en un banco destartalado en una plaza sombría. Y entonces lo entendió.


"¿Él es Serpiente Negra?" pensó con la boca abierta al ver a Crowley sacando el manuscrito de su mochila y leyéndolo despacio, al parecer embobado con lo que leía. Se acercó un poco más oculto por los árboles y lo vio sonreír, se dio cuenta de lo profundamente emocionado que estaba y hasta vislumbró algo debajo de su oreja. Su cerebro hizo clic de repente y cayó en la cuenta que era un tatuaje, uno que a veces quedaba oculto por el cabello suelto de Crowley pero que en otras se veía claramente: el tatuaje de una serpiente negra.


-¿Quién anda ahí?- increpó el pelirrojo al sentir quebrarse una ramita. Su sorpresa no hubiera sido mayor si hubiera salido un unicornio parlante.- ¿¿Aziraphale??


-Sí... lo... lo siento, no era mi intención seguirte, pero...


-Diablos. ¡Qué vergüenza!- musitó éste cerrando el libro de repente y parándose por demás nervioso.- No es lo que piensas, mira, yo en realidad...


-¿Eres mi admirador secreto?- preguntó con las mejillas rojas. Crowley tragó saliva y asintió.- Por eso te resultaba tan fácil saber quién era y que escribía, ¿verdad?


-La primera vez... olvidaste una hoja de Fluffy Angel y la leí ahí mismo. Era hermoso, era puro, me decía todo lo que necesitaba saber de ti.


Zira alzó la vista tembloroso y vio al guapo camarero acercarse a él con el libro en la mano, y su corazón dio un vuelco.- ¿Y entonces... cuando pensabas... decirme la verdad?


-No lo sé. No estaba seguro de si un hombre tan dulce como tú se fijaría en un tipo como yo. Y antes de que me rechazaras, preferí seguir dándote apoyo desde las sombras.


Las sombras no eran agradables, ni cálidas, ni lo dejaban disfrutar de la alegría que sentía de saberse amado. Por eso, Zira reunió todo su coraje y se puso en puntitas de pie para dar un beso en la mejilla a Crowley, que quedó extasiado como si un ángel lo hubiera rozado con sus alas. Al cabo de unos segundos el rubio estaba entre sus brazos, y le sonreía con miedo y nervios y sobre todo mucho cariño, por lo que supo que tenía permiso para dar el segundo paso y besarlo en los labios.


-Oh... querido... creo que definitivamente eres el hombre que yo preciso en mi vida.


-¿Me darás una oportunidad? ¿En serio?


-Podrías empezar por invitarme una taza de té en tu casa- propuso con el corazón latiendo a toda marcha.- Así tendremos oportunidad de conocernos de verdad y no a través de cartas.-Trato hecho- aceptó Crowley feliz.- Es aquí en la esquina, y te alegrará saber que he preparado pastel casero, el mismo que tanto te gusta comer en el restaurante.

"Sí. Me gusta el pastel. Pero mucho más me gustas tú" pensó dichoso al tomarlo de la mano mientras con la otra sujetaba Fluffy Angel contra su pecho.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Where stories live. Discover now