El día del Juicio

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(Este es un poco más largo, así que no estoy segura que sea considerado un drabble... pero meh, es mi historia y la subo donde quiera. Basado en un sueño muy loco que tuve sobre GO)

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Zira y Crowley fueron conducidos a la sala del juicio por sendas hileras de guardias armados: ángeles de expresión pétrea y demonios con sonrisas perversas, unidos en su deseo de castigar a los rebeldes que habían osado oponerse al fin del mundo. Cuando llegaron fueron obligados a pararse en el centro de la habitación, a cinco metros de distancia el uno del otro, y a soportar estoicos las risas burlonas y los murmullos de la multitud congregada a su alrededor. A pesar de todo, ellos se miraron y sonrieron débilmente.

-No sé que motivo hallas para sonreír- intervino el arcángel Gabriel mirando fijo a Aziraphale- pero pronto no reirás más.

-¿Podemos dejar las burlas de niños y empezar?- se metió el príncipe Beelzebub mirándolo con frialdad. Gabriel observó al pequeño demonio al que llamaban Señor de las Moscas y asintió, en el fondo deseoso de terminar con aquella incómoda sesión.

-Sí, empecemos ya así podemos volver cada quien a lo suyo.-Luego volvió a observar a los acusados, y les habló con una seriedad pomposa que irritó mucho a Beel.- Aziraphale. Como ángel que eres, tu misión era proteger los intereses del Cielo en la Tierra, pero en vez de eso nos traicionaste y te aliaste con un demonio para detener el fin del mundo, oponiéndote así a los deseos de Nuestra Señora. Por tal ofensa, debes ser castigado con la muerte.

-Crowley- dijo el príncipe Beelzebub.- Como demonio tu misión en la Tierra era crear caos y discordia, propagar el miedo y el mal. En vez de hacer eso, te uniste a un ángel y nos diste la espalda, y una traición así merece la muerte.

-Aziraphale- siguió Gabriel.- Si quieres redimirte antes de partir, dilo ahora delante de todos. ¿Te arrepientes de haber entregado tu alma y tu corazón al demonio Crowley?

-No.

-Crowley-siseó Beel- ¿te arrepientes de haberle entregado tu corazón y tu vida al ángel Aziraphale?

-No.

Más murmullos llenaron la sala y entonces Gabriel y Beelzebub se miraron, asintiendo brevemente. Cada uno se colocó frente a su enemigo natural, y en ambos casos pensaron: 

"¿Por qué a pesar de estar a punto de morir pueden seguir manteniendo esa sonrisa de esperanza?"

-Ángel, tú nos arrebataste a Crowley e impediste nuestros planes. Por eso yo tomaré tu vida como resarcimiento.- Tras estas palabras cargadas de maldad, Beelzebub apuntó con su mano hacia Aziraphale y disparó una gigantesca bola de fuego infernal que envolvió al ángel como una burbuja llameante. Zira abrió mucho los ojos.

-Demonio, por tu culpa perdimos a uno de nuestros ángeles, así que con mucho placer te enviaré al olvido como castigo por ese crimen- afirmó Gabriel con una sonrisa macabra antes de tomar impuso y disparar hacia Crowley una gran ráfaga de agua bendita que lo cubrió como una ola. Crowley pareció soltar un suspiro y luego se giró para ver por última vez a Aziraphale.

-Te amo- pronunció con sorprendente claridad antes que el agua bendita lo tapara por completo.

-¡También yo...!

Gabriel casi aparta la vista ante el pavoroso espectáculo, pero como vio a Beelzebub estoico se mantuvo firme para no ser menos. La muerte no tardaría en llegarles a los amantes traidores, o al menos eso pensaba, hasta que vio estupefacto que las llamas infernales perdían fuerza y el agua bendita se evaporaba.

-Pero qué... ¿¿qué significa esto??

Zira y Crowley emergieron de sus prisiones y se buscaron desesperadamente con la mirada, aliviándose al ver que el otro seguía vivo. El fuego y el agua que sus bandos habían usado para eliminarlos era ahora tan débil que no les costó nada salir de ellos, y sin pensarlo siquiera corrieron el uno a los brazos del otro. Gabriel, Beelzebub y un centenar de ángeles y demonios observaban atónitos el milagro de aquella pareja traidora que había sobrevivido a la Muerte, y que ahora yacían abrazados mientras un fuerte viento salido de la nada terminaba de apagar los rescoldos del fuego y de secar las últimas gotas benditas. El silencio fue roto por la risa alocada de la pareja, que con gran entusiasmo se abocó a la dulce tarea de besarse para celebrar que seguían allí, juntos a pesar de todo.

-¡Deténganse ahora mismo, maldita sea!- ordenó Gabriel con un furioso chillido. Por toda respuesta Aziraphale, ese ángel que él consideraba poco menos que un idiota, se atrevió a hacerle un gesto grosero con el dedo que lo horrorizó.

-Crowley, ¡deja de besar a ese ángel gordo, que desagradable!- se quejó Beel, más Crowley lo ignoró y chasqueó los dedos, haciendo que en la habitación resonara una melodía tan romántica como vomitiva. Después de eso, nada más importó. Solo ellos, sus bocas unidas y el inmenso alivio de haber salido vivos de una muerte segura.

(Horas después, en el departamento de Crowley)

Ambos cayeron sobre la cama exhaustos, temblorosos y muertos de sueño, pero eso sí, tomados de la mano con la misma fuerza con que habían abandonado el recinto del Cielo.

El juicio debió ser anulado por la propia Diosa: al haber sobrevivido a los elementos que, supuestamente, debían haberlos desintegrado, se había producido un milagro espontáneo que no podían ignorar. Se los envió de nuevo a la Tierra y se los dejó en libertad de vivir sus vidas. Un final totalmente inesperado.

-Crowley... me tiemblan las piernas. Todavía no me creo que haya funcionado.

-Yo tampoco lo creo a decir verdad. Pero... no es nuestro deber cuestionar los milagros, ¿verdad, ángel?

Ambos se miraron, rieron y se dieron la mano con placer: su plan de intercambiar cuerpos para afrontar el juicio podía haber sido burdo, pero funcionó. Lentamente recuperaron cada uno su apariencia, y tras completar el proceso Crowley se acercó a su novio y le estampó un beso en la boca que a Aziraphale le supo a gloria.

-Ángel mío, ya no dependemos de ese montón de palurdos del cielo y el infierno. Al fin estamos en nuestro propio bando. ¿Qué quieres hacer?

-Dormir en tus brazos- contestó Aziraphale en voz muy baja.- Solo ahí podré sentirme verdaderamente a salvo de todo peligro.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora