Enemigas Naturales (segunda parte)

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Antoinette Crowley regresó a su hogar con el corazón desbocado, las mejillas rojas, y su pierna vendada por las manos sanadoras de Azira. La linda rubia, después de presentarla como una nueva amiga, la llevó a su cuarto y la curó con total serenidad, provocándole una honda impresión que le costaba catalogar. Para tapar su confusión, le había hablado largo y tendido sobre el mundo mágico al cual pertenecía.

-Yo vengo del planeta Hellfire. Está en Alpha Centauri, muy pero muy lejos de aquí. Soy una bruja de fuego, como todos en mi familia, y voy a la escuela de brujas Underworld, ¿te suena?

-Lo siento, no- se disculpó Zira oyéndola fascinada.

-Bueno, lo supuse. Aquí en el planeta Tierra no hay mucha magia, de hecho creía que estaba extinta. Por lo visto me equivoqué, porque tú estás aquí y no hay duda de tu naturaleza mágica. Eres un hada.

-¿Y cómo es posible? Se supone que soy una chica normal y corriente, ¿de dónde vienen estos poderes? ¿Cómo es que soy un hada?

-Por lo que yo sé, las hadas solo nacen de corazones muy puros y transparentes. Te arriesgarte a salvar a una desconocida sin importarte que pudieras salir herida, así que yo supongo que eres una de esas almas puras.

La expresión avergonzada de Zira después de oír eso seguía grabada en su mente, y no logró olvidarla por mucho que quisiera. Esa noche, al bajar a cenar, su hermana le preguntó qué le pasaba.

-Tienes una cara muy rara. ¿Sigues enfadada por lo de los perros? Ya sabes que...

-Oh, cierra la boca, Belcetonta. Tus estúpidos sabuesos no pudieron atraparme, volví porque quise así que no me fastidies.

-Por lo visto sigues igual de maleducada- dijo Beelzebub Crowley, la hermana mayor de Antoinette y bruja de gran renombre.- Te dije que si seguías portándote mal te daría un escarmiento, ¿acaso debo repetirlo para que me hables con respeto?

Crowley bufó y decidió ignorarla, y Beelzebub hizo lo propio al ver que era inútil hablarle. Su hermanita rebelde tenía esa expresión ausente que solía poner cuando algo muy importante ocupaba su mente. No escucharía nada ni le haría el menor caso.

Buenos Momentos (GO Drabbles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora