Parte 3

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La sonrisa que mantuve todo el tiempo mientras Charles iba conmigo me estaba fastidiando, la situación era graciosa, absurda tal vez.

—¿Siempre están así?—Zara giró a verme después de la pregunta que le hice.

—Nadie sabe que pasa realmente con ellas, tiene harta a mi abuela—dijo— No dudo que querrán hacerte sentir inferior cuando te encuentres sola, solamente ignóralas.

Dí una sonrisa rápida aceptando lo que decía y vi por última vez a las primas de Charles, que no me quitaban la vista de encima; esto se volvía cada vez más incómodo al paso de los minutos me encontraba con circunstancias menos agradables.

—¿Quieres ir afuera?—preguntó— Tu rostro me está sofocando.

Sonreí mientras asentí, caminamos hasta salir del gran salón donde los primos de Charles y él rodeaban una mesa de billar, trate de llamar su atención para decirle que iba a salir pero no se preocupaba en lo más mínimo por girarse a verme.

»Eleanor, Eleanor«.

Conversé con Zara varios minutos, logré conocerla más y no dejaba de sorprenderme, ella no ve a sus padres tanto como le gustaría, ser embajadores de Irlanda los tiene alejados, por otra parte supe que una de las mismas que se encontraban dentro del salón, es prima de Charles y de Zara, hija del segundo hijo de la reina, tiene hermanos mayores pero sus deberes no están en Londres.

—¿Y cómo conociste a mi primo? Más bien, ¿cómo inició todo? Perdón pero me inquieta mucho esto, jamás pensé que Charles se iba a enamorar, lo veía en una realidad muy lejana.

¿Que se supone que debería responder? No hay ninguna historia de amor por contar, más bien podría contarle los tratos por los cuales hoy estamos compartiendo palabras.

—Es confusa—dije.

—Tengo tiempo, Eleanor.

«Yo también tengo tiempo, lo que no tengo es una historia que contarte» ¿Y sí Charles ya ha dicho algo y solamente lo contradigo?

—¿Puede ser después?

Ella puso un rostro con mucho sarcasmo por delante, pero al final asintió.

—Mmm, ¿No les resultó extraño?—pregunté— Me refiero a que llegué repentinamente.

—Se leía en los periódicos, desde hace ya varios meses pero nunca nadie se atrevió detener a Charles y preguntar que tanta verdad había en esas hojas, no me extrañó pues el siempre prefiere mantener esas cosas lo más fuera posible. Puede ser muy discreto cuando quiere.

Tan discreto que puede ocultar una novia a su familia, y no decenas de mujeres a su exterior, tan discreto que ha estado en boca de todos y en envidia de muchos por rumores de ya haber tenido las mejores mujeres con él.

—En dos semanas es tu fiesta de compromiso.

¿Fiesta?

—¿Quién dijo fiesta?

—Siempre es una fiesta, Eleanor. Mucho más si se trata de Charles. La abuela no pasaría desapercibido un evento de ese tamaño.

—Oh.

—Hoy iremos por un café, Marie viene de Irlanda y creo que es buena manera de recibirla. ¿Vas? Cierto.

—Marie es la...

—La segunda hermana menor de Charles.

—Claro, el primero es ¿Travis?

—Trevor. Tan solo diez meses menor que Charles—dijo bateando el tema— ¿Sí vas conmigo?

—No sé Zara, mis cosas no están acomodadas y ni siquiera se cual es mi habitación. Tengo muchas cosas que acomodar y tengo poco tiempo.

—Tus maletas ya están en tu habitación.

—¿Qué? No. Las he dejad...

—En las pocas horas que has estado acá, mi abuela ya ha deber ordenado que suban tus cosas a tu habitación. Detesta que las cosas no estén en su lugar.

Zara me llevó hasta mi habitación y no se equivocaba, ver la posibilidad de salir del palacio me parecía agradable, sobre todo si estaba lejos de mis padres. No sabía si hice mal en no avisar absolutamente nada a Charles, supongo que de saber que hoy su hermanita regresaba, que acostumbraba a verse con Zara y que yo solamente he estado con ella, él tendría idea de dónde me encontraba.

Agradecí el escuchar a Zara en dejar los tacones y tomar simples zapatillas, implicó buscarlas en las maletas pero no fue difícil.

Ver a Marie es ver a Charles, en una versión femenina–obviamente–y mostrando más ternura, después de todo Charles es mayor y su postura lo hace ver más serio sin generar absolutamente nada de ternura y posiblemente si generar inferioridad.

—Moría por verte. Mentiría si dijera que no espere que fueses como otras, cuando supe que mi hermano se comprometería realmente imagine algo muy diferente a ti—dijo— Fue muy agradable cuando supe que eras tú.

—He de admitir que te he admirado por hacer que mi primo siente cabeza de esa forma.

Me empezaba a sentir incómoda, Zara no se percataba pero a simple vista logré notar que Marie si lo hacía, pero parecía no decir nada y agradecía que no me preguntase que me sucedía, no podía decir que me aturdía la conversación.

—Ahora vuelvo— dijo Zara— Colton está afuera, creo que ha venido con Trevor.

Marie sonrió y pareció estar confundida ante eso. Desconocía la relación que tenía con sus hermanos pero al parecer no le alegraba verlo.

Me preguntaba si alguna vez hablaría tan ilusionada de Charles como Zara lo hace con Colton, era inminente pues dentro de esos pensamientos estaba Dexter.

—¿Estás bien?—preguntó Marie con una sonrisa en el rostro.

—Estoy perfectamente, ¿Por qué lo preguntas?

—Te ves agitada.

—Marie, llegué por la mañana a Londres.

—Claro.

Y yo nací ayer.

—Eleanor—¿Por qué lo hicieron?—preguntó.

—¿Hacer, qué?

— ¿Por qué lo hiciste?––preguntó—¿Por qué aceptaste casarte con mi hermano de esa forma? Eleanor, tú no lo amas.

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The Duties Of Royalty ©Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ